Cuando el Ministerio de Energía desvele el resultado de la subasta de renovables que celebra mañana, lo único seguro que sabremos es quién gana y cuánto le pagará el sistema junto con lo que las propias empresas reciban del mercado por la venta de su electricidad. No es necesario detallar la localización de los proyectos para participar porque el reparto se ciñe exclusivamente a cuotas de potencia que luego los ganadores ubican donde quieran o puedan. Pero Galicia, uno de los referentes en energías verdes de España, se juega mucho en este proceso ante el bloqueo del sector, con cerca de 2.400 megavatios (MW) de eólica -entre el concurso y planes de la etapa de Manuel Fraga- sin construir y una docena de centrales de biomasa pendientes también desde hace siete años. Siempre que el resultado de la puja sea diferente al de la anterior. En enero del pasado año, en la primera subasta de este tipo que organizó el Gobierno tras la reforma energética que acabó con las primas, la enorme concurrencia y la agresividad de las ofertas dejó la llamada retribución específica en cero euros.

¿Qué es lo que diferencia a esta subasta? Lo más significativo es la potencia. Salen 2.000 MW, aunque inicialmente Energía anunció 3.000. Con los 1.000 de diferencia, el Ministerio se reserva la posibilidad de incrementar la cantidad, pero sin concretar las razones. Con muchos más megavatios que en 2016, el sector da por hecho que hay menos riesgos de que la subasta se cierre con una retribución de cero euros, como ocurrió con la anterior. Pero no es seguro. "Hoy por hoy, con las normas de la subasta no se garantiza que el objetivo sea una retribución por encima del mercado mayorista", recuerdan los promotores eólicos de Galicia, que cuestionan que el Gobierno deje en manos del mercado "el cumplimiento de los objetivos en renovables" pactados con Europa para 2020, la justificación de estas pujas. A favor de los posibles parques de Galicia está la calidad del viento. Sopla con fuerza y durante más tiempo. Energía, y es otra de las novedades de la convocatoria, favorecerá en caso de empate a las instalaciones que estén operativas un mayor número de horas.

"Los parques gallegos están en disposición de ofertar una menor retribución específica porque tienen más horas de funcionamiento, lo que los hace más competitivos", apuntan en la Consellería de Economía. El sector reconoce ese plus, pero también advierte de que el viento "sopla en muchos sitios". Galicia, de hecho, hace años que perdió el liderazgo en potencia instalada. Ocupa el tercer lugar, con 3.344 MW, según los registros del régimen especial -el que tenía a derecho a prima- de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), por detrás de Castilla y León (5.679) y Castilla-La Mancha (3.800).

La eficiencia de los aerogeneradores emplazados en Galicia es mayor en comparación con los otros dos territorios que dominan el sector, pero muy poco más. La comunidad cuenta con el 14,5% de la potencia en funcionamiento y en 2016 generó el 15,2% de la electricidad procedente del viento. En contra están las cargas fiscales. El canon eólico, según los promotores, implica un sobrecoste económico en los proyectos para los que los promotores piden también a la Xunta "un mecanismo legal" que permita actualizarlos sin volver la tramitación a "casi el principio".

La subasta es tecnológicamente neutral; cualquier tipo de renovable puede pujar. Desde abril de 2010 están autorizadas 12 plantas de biomasa (80 MW) que nada o poco avanzaron en su tramitación.