Pescanova SA fue una multinacional con cien buques, 12.000 trabajadores, decenas de filiales y 1.500 millones en volumen de ventas. A esa Pescanova, la vieja Pescanova, le llevó algo más de tres años perder esa cartera después de protagonizar un concurso de acreedores con más de 3.500 millones de pasivo. Ayer le bastaron ocho horas para perder el 95% de su valor en Bolsa tras volver a cotizar después de haber sido suspendida el 12 de marzo de 2013. Arrancó la sesión con un valor bursátil de 170 millones y la terminó con 7,76, con los títulos a apenas 27 céntimos. Una de las accionistas que se sumó a la espantada fue la sociedad Crisgadini, de la millonaria asturiana Carolina Masaveu, que se desprendió de todas sus acciones "por encima de los 40 céntimos". Era hasta ayer la tercera mayor accionista individual de la compañía por detrás del fondo Broadbill Partners y el expresidente Manuel Fernández de Sousa.

La desinversión reportó a Masaveu un mínimo de 820.000 euros (tenía el 7,133% del capital, más de dos millones de acciones) y, sobre todo, grandes plusvalías. Como avanzó este diario, la inversión de Crisgadini para entrar en Pescanova ascendió a unos 5.200 euros, de modo que ayer consiguió arañar un beneficio superior a los 814.000 euros. La entrada de la asturiana en la vieja Pescanova se produjo en dos etapas, ambas durante el periodo concursal, y se ganó el derecho a entrar en el consejo. Lo hizo a través de su esposo, Diego Fontán Zubizarreta, que dimitió de su cargo en la última junta general de accionistas del 22 de marzo. Todo el consejo, y él mismo, defendían la necesidad de volver a cotizar; la propia compañía tachó de "excelente noticia" el levantamiento de la suspensión.

En todo caso, el de Masaveu fue solo uno de los paquetes que se negociaron en la reentré de Pescanova SA en el Mercado Continuo. De los 28,7 millones de acciones que tiene la compañía se movieron más de 17,4, representativas del 65% del total, por un total de seis millones de euros. La última vez que había cotizado el volumen había sido muy inferior (4,2 millones), pero a cambio de un desembolso mayor (23,6 millones), si bien entonces la acción había cerrado a 5,91 euros. "Mi impresión es que tiene que haber inversores institucionales comprando porque el volumen es muy elevado", expone el gestor de un fondo de inversión. "Incluso accionistas actuales de Nueva Pescanova que quieran arañar un pedazo de participación adicional", indica. Para su cliente los títulos están todavía "muy caros". "Nosotros -zanja- no pagaremos más de cuatro o cinco céntimos". Está convencido de que el valor seguirá cayendo.

Socios de referencia

Entre los principales accionistas que podrían haberse desprendido de sus títulos figuran todos los socios de referencia excepto los que tienen su participación embargada, según fuentes del mercado, como Fernández de Sousa o Alfonso Paz-Andrade. Luxempart (5,8%) y Cartesian Capital Group (5%) suceden a Masaveu como máximos accionistas y ambos han demandado a la antigua cúpula de la pesquera por la gestión. Denuncian un quebranto de 52 y 24 millones por su inversión en Pescanova SA, respectivamente.

El consejo de la compañía eludió realizar ayer análisis sobre el desplome bursátil por la elevada volatilidad, que ya preveía en la solicitud de levantamiento de suspensión cursada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Los minoritarios, por su parte, clamaron contra la "consumación de la estafa" y lamentaron no haber recibido ninguna "oferta" de Nueva Pescanova para mitigar sus pérdidas.