Exempleado de Banco Pastor —en el que trabajó hasta 1989—, Javier Arrojo ve con preocupación el futuro de la Fundación Barrié, pues buena parte de sus fondos dependían del banco. "Me asusta que pueda peligrar y, con ella, su importante labor social", apunta este coruñés, también cliente de la entidad financiera. "Tengo una cuenta y un depósito en el banco, pero lo quiero cambiar. El ladrillo es el gran problema del banco", sentencia Arrojo.