"Galicia es el vivo reflejo de una economía que en los últimos años se ha apuntado al éxito ya que ha descubierto los beneficios de la internacionalización". Así de contundente fue ayer el economista José María Gay de Liébana durante su intervención en A Coruña en el foro empresarial Diálogos para el desarrollo, celebrado en el hotel Attica 21 y en el que debatió sobre economía con Juan Ramón Rallo.

Gay de Liébana resaltó que el tejido empresarial gallego ha sabido sacar rendimiento a la industria textil, al contrario de lo que ha ocurrido en Cataluña, y destacó que la economía gallega tiene "unos baluartes" y "una representatividad magnífica" en empresas como Inditex, "que ha avanzado en materia de innovación, diseño, creación de puestos de trabajo y tecnología".

Rallo compartió en buena medida el análisis, pero incidió en que la economía gallega tiene aún retos por superar. "Pese a que Galicia tiene muchas capacidades para seguir adelante, es una economía que todavía no ha dado el salto a integrarse plenamente en la globalización ni a abrirse al exterior, salvo excepciones con empresas concretas", afirmó este economista, que remarcó que, probablemente, la situación periférica de la comunidad y su pobreza relativa frente al resto de España le hayan impedido crear "un entorno empresarial dinámico".

En el evento, organizado por Management Activo y patrocinado por Bankinter y Solunion, Rallo también analizó la situación laboral en España y sostuvo que, según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, con un mercado laboral "más funcional, más libre y con capacidad para incorporar a más trabajadores", se acabaría con más del 80% de la pobreza existente en España.

Este experto aseguró que la "precaria" situación en la que se encuentran muchos empleados en el país determina las decisiones de gasto que adoptan, lo que redunda en el tejido empresarial y en la actividad económica. "Un tercio de las personas que buscan empleo en este país están excluidas del mercado laboral y solo puede encadenar contratos basura que no les permiten alcanzar una renta estable para prever y planificar sus vidas", lamentó Rallo. Al mismo tiempo, reclamó un mercado laboral "que no penalice tanto" la contratación indefinida y con facilidades para los empresarios que incentiven el empleo.

Gay de Liébana, por su parte, reclamó un marco económico "cómodo, sin presiones, un hábitat confortable", para que las empresas españolas puedan crecer.