Los astilleros privados gallegos firmaron hasta marzo el mejor comienzo de año desde 2011, fecha en que arrancó la crisis del viejo tax lease. Ésta terminaría con su anulación por parte de Bruselas, primero, y con una sentencia en favor de ese sistema, después. En medio, una dura travesía en la que el sector de construcción naval gallego llegó a reducir su actividad en más de un 40%, a niveles similares a los de Ucrania, que colaboró en la desaparición de seis factorías y los concursos de Barreras y Factorías Vulcano. Ahora los astilleros gallegos lideran el sector a nivel estatal con la entrada en vigor de seis buques -de un total de nueve en España- por valor de 93 millones de euros, según los datos aportados por Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión (Pymar), que celebró ayer en Madrid su asamblea general. Por toneladas brutas compensadas los pedidos firmados hasta marzo ascienden a 20.000, frente a las 7.212 de hace un año. Si se contabiliza la cartera total de pedidos las más de 111.000 toneladas no se alcanzaban desde hace seis años.