Ferroatlántica (integrada en la multinacional Ferroglobe) contraatacó ayer a las alegaciones que el comité de empresa de sus fábricas de Cee y Dumbría formalizó la semana pasada ante el director de Augas de Galicia contra la solicitud de la empresa de segregar la actividad hidroeléctrica de las centrales que explota en las comarcas de A Costa da Morte y Fisterra de la fabricación de ferroaleaciones. Esta vinculación, que consta expresamente en la concesión otorgada por Augas de Galicia a Ferroatlántica, impide cumplir el plan de la empresa de vender sus saltos de agua al fondo canadiense Brookfield.

La multinacional movió ficha y presentó unas alegaciones contra las de sus empleados en las que intenta desmontar sus argumentos. Principalmente la empresa insiste en que la actividad energética genera la mitad de los resultados que antes de la aprobación de la reforma de la ley eléctrica, en 2013, por lo que las centrales -construidas inicialmente para abastecer las fábricas- han dejado de ser una garantía de empleo y una protección para la viabilidad de las fábricas. Los demás argumentos son:

Interés público. El interés público que justifica la vinculación entre los negocios energético e industrial se extingue, según Ferroglobe, cuando las centrales dejan de garantizar la vida de las fábricas de ferroaleaciones. La fue la desaparición de las primas a la energía renovable impuesta con la reforma de la ley y la consecuente reducción (a la mitad) del precio al que se paga el megavatio (MW) que producen.

Naturaleza cíclica del negocio. En contra de lo defendido por el comité, la empresa alega que el precio de la luz y el de las ferroaleaciones nada tiene que ver. Las centrales gallegas generan 400.000 megavatios por hora (MWh) y junto con las aragonesas aportan un 11% de "protección" sobre el precio de la electricidad que consume la empresa al año (5 millones de MWh entre España y Francia). Ferroatlántica alega que la actividad energética no es condición necesaria ni suficiente para mantener la viabilidad de las ferroaleaciones, cuya competitividad futura depende de una mayor inversión en tecnología que sólo es posible con la venta de las centrales.

Deuda 'versus' inversión. Ferroatlántica acusa a su comité de no tener un "entendimiento cabal de los mecanismos que una empresa utiliza para financiar su crecimiento" por acusarla de pretender destinar el dinero de las centrales a reducir su deuda en lugar de invertir. Ciertamente, la firma defiende ante sus accionistas que la operación de venta es necesaria para reducir la deuda (sin mencionar el plan industrial) y ante la Xunta tampoco alude a la necesidad de recortar el pasivo sino a la de invertir. Ayer explicó por una parte que el pago de la deuda es para evitar "tener el dinero parado" durante los cinco años de plazo que prevé el plan industrial y por otra, reconoce que sin reducir su deuda, no puede, aún vendiendo las centrales, acometer el plan.

Durante la presentación de las alegaciones, el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidade de Santiago, Luis Míguez, autor del informe jurídico de la empresa, defendió que la modificación de la concesión no obliga a sacar las centrales a concurso porque se cambia una condición "accesoria". Ferroglobe dejó claro que si la Xunta no le da la razón, recurrirá, y destacó que sin el plan industrial, habrá "pérdida de empleo, de inversión y recorte de costes".