La subasta de las bonificaciones a la tarifa eléctrica destinada a los grandes consumidores industriales como Alcoa o Ferroatlántica, entre otros, echa a andar. El Ministerio de Energía ya ha dado el primer paso para que las empresas que quieran optar a esas primas y participar en la puja se acrediten como tal. Red Eléctrica de España (REE) puso a finales del mes pasado a disposición de las empresas la documentación necesaria para solicitar la habilitación como participante. El plazo está abierto hasta el 31 de agosto, aunque podría variar si la Secretaría de Estado de Energía publica antes la resolución que convoque la subasta con los plazos de cada trámite y las características que este año tendrá el proceso.

La interrumpibilidad es un sistema de gestión de la demanda que bonifica a las empresas de muy alto consumo con una rebaja sobre el precio del kilovatio/hora a cambio de que estén dispuestas a reducir o interrumpir completamente su consumo energético de forma automática en cuanto el operador del sistema lo ordena.

Este sistema reparte unos 500 millones de euros en bonificaciones que se subastan por bloques de potencia a interrumpir -en las dos últimas pujas fueron de 5 y 90 megavatios (MW)-. Alcoa, con una planta en A Coruña, otra en San Cibrao y una tercera en Avilés, advierte de que la electricidad supone un 40% de los costes de producción. La subasta de interrumpibilidad se ha convertido en una rebaja de último recurso, aunque las industrias demandan nuevas medidas. Alcoa, que amenaza con vender sus plantas, y sus trabajadores exigen la modificación de ese régimen de subastas y que al menos su vigencia se amplíe a más de un año para poder planificar su producción a largo plazo.