Si no es un millennial, no es aficionado a los videojuegos ni tiene hijos, nietos o sobrinos empatados con los juegos online -o aún así-, es posible que no conozca el término eSport. El mundo virtual avanza tan rápido que la brecha de incomunicación entre quienes lo siguen y quienes no se agranda de un día para otro. Quizás recuerde la entrevista que El Mundo publicó hace año y medio en un aparente intento de comunicar ambos mundos con Elrubius, un chaval retratado como un mero jugador de videojuegos, que por tener millones de seguidores en todo el mundo como youtuber gana millones. El periodista utilizó un lenguaje irónico para describir al personaje y a sí mismo desde la perspectiva de un ignorante del universo youtuber que no participa de las redes sociales ni tiene tarjeta de crédito y se sorprende de que un adolescente gane más que muchos directivos de empresas desde su habitación, haciendo simplemente lo que más le gusta; jugar a videjuegos. Y su cuenta de Twitter quintuplicaba en seguidores la de Mariano Rajoy. Elrubius y sus millones de seguidores o simpatizantes lo interpretaron como un ataque y evidenciaron que entre los llamados millennials millennialsy sus padres media un abismo.

Pues bien, la práctica de jóvenes como Elrubius ha evolucionado; siguen siendo jugadores profesionales y ganando millones pero si antes grababan sus partidas en videojuegos y las emitían en YouTube, ahora las retransmiten en directo, en streaming. Son streamers, algunos incluso influencers (por el elevado número de seguidores que tienen) y juegan a eSports (deportes online interactivos) en canales temáticos de Google (YouTube Gaming) o Amazon (Twitch).

Desde Oleiros, en el micro Silicon Valley creado en torno a la calle Ícaro, sede de Altia y Disashop, está GamersWalk, una empresa lanzada al mercado hace apenas ocho meses como plataforma de eSports, con 25 trabajadores en plantilla, un valor de 3 millones de euros, un socio (20%) como el presidente de Carbures, CarburesRafael Contreras, y que ya ha alcanzado los 100.000 usuarios registrados, con picos de hasta 6.500 de ellos conectados a la vez.

GamersWalk no emite sus propios juegos o competiciones; se dedica a embeber (captar y replicar) la señal de los canales de streamers streamerso influencers o de eventos de eSports pero permite que los usuarios o seguidores de esos juegos interactúen con los jugadores con un sistema de preguntas y respuestas. Su uso es totalmente gratuito y encima permite ganar premios a los usuarios, pero además genera audiencia a los streamers y a las plataformas YouTube Gaming o Twitch, con lo que GamersWalk es el intermediario o aliado perfecto en una industria que no deja de crecer y que en España todavía está empezando a desarrollarse.

La empresa nació hace algo más de tres años de la idea del informático Manuel Alexandre Rivas y el ingeniero informático Jon Torrado que dieron forma a la idea. Rafael Fernández, había sido jefe de Rivas en otra empresa tecnológica y se unió al equipo junto con el economista Alberto Lamas. Los cuatro suman un 40% del capital de la firma. Rafael Fernández, responsable del área comercial y de marketing, conocía al coruñés Juan Carlos Barros, un exjugador profesional de Baloncesto que encontró en el mundo digital su pasión tras colgar las botas, y se sentaron a hablar.

"Por coincidencias del tiempo a mediados de 2015 nos contactaron los cuatro fundadores de GamersWalk, que tenían una parte del proyecto desarrollado. Tenía como credenciales haber sido reconocida como la segunda start up tecnológica de innovación digital en el [Foro Digital de Contenidos Digitales] Ficod de 2015 y nos parecía importante entrar en una industria emergente porque además GamersWalk no compite con ningún operador de eSports y es un proyecto muy escalable. En enero de 2016 entramos como socios", explica Juan Carlos Barros, actual presidente de la firma en alusión a Hastoplay, la sociedad de la que son socios él, Daniel Fernández y Adrián Rodríguez, que controla otro 40% del capital.

En cuanto los cuatro fundadores se lanzaron a comercializar su producto "varias entidades", según Rafael Fernández quisieron comprar GamersWalk. Hoy tiene un valor de 3 millones de euros, reflejados en la inversión realizada por el presidente de Carbures, Rafael Contreras, que a primeros de abril se hizo con un 20% del capital por 600.000 euros.

El crecimiento de GamersWalk ha sido hasta ahora orgánico, a base de inversión de los socios, pero pronto se lanzará a monetizar el producto. El modelo de negocio pasa por sacar rentabilidad a la enorme audiencia de las plataformas de eSports, tanto en publicidad tradicional en medios online, como banners, como a través de sponsors para las cajas regalo que se introducen en el juego o patrocinadores y marcas para customizar los avatares de los usuarios.

En GamersWalk los streamers están registrados -actualmente cuenta con 160, entre ellos TheAlvaro845, youtuber y referente mundial en videojuegos móviles y su Team Queso- y los usuarios, también. Los primeros son los encargados de lanzar las preguntas de las StreamBattles, el sistema de preguntas y respuestas en tiempo real sobre el propio juego que permite a los seguidores de GamersWalk interactuar con los influencers y acumular monedas virtuales - gamercoins- que luego pueden intercambiar por regalos físicos, como herramientas de juego, consolas, sillas para jugar, entre otros.

Gamerswalk está probando una nueva herramienta, Coliseo, que se ofrece como una suerte de trivial sobre el mundo de los eSports en el que los usuarios pueden competir entre sí, una muestra de que, como dice el presidente de la compañía, la plataforma está "en permanente evolución".

La novedad de GamersWalk radica precisamente en esta posibilidad de interacción entre usuarios y entre éstos y los streamers, que salva la limitación que en este sentido tienen las plataformas como Twitch o YouTube Gaming, que ofrecen un chat que se ve muy superado cuando acumulan entre 30.000 y 50.000 usuarios simultáneos.

El fichaje de algunos de sus streamers -otros toman la iniciativa para registrarse-, que arrastran hasta 56.000 usuarios ha disparado la audiencia de GamersWalk, con 100.000 usuarios registrados y picos de hasta 6.500 conectados a la vez. Su público es mayormente masculino con un rango de edad de entre 16 y 36 años que tiene una permanencia media en la página de 23 minutos (la de los usuarios de Facebook es de 16) y el 90% de quienes acceden a la web repiten.

Con estos mimbres y antes de cumplir un año en el mercado Juan Carlos Barros confía en poder alcanzar el equilibrio entre ingresos y gastos mensuales en diciembre y lanzarse de lleno a la fase de internacionalización. El 80% de los usuarios actuales son españoles, pero sus socios esperan comenzar por lanzar la plataforma a países de habla hispana para luego probar suerte en los mercados anglosajón, americano o asiático, donde el consumo de eSports es mucho mayor.

"La mayor parte de la inversión está hecha, solo hay que traducir a otros idiomas, y en inglés ya lo tenemos. Los costes de internacionalización en este caso son bajos; el marketing y el streaming. Además del soporte que hay que dar a la plataforma", explica Barros.

Juan Carlos Barros (A Coruña, 1967) es precisamente una pieza clave en la maduración de GamersWalk, nacida de cuatro emprendedores de entre 25 y 30 años. Fue jugador profesional de baloncesto, aunque nunca en equipos gallegos. Militó en el Real Madrid, en el Collado Villalba, el Pamesa Valencia, Sevilla o Granada. Se retiró tras varias temporadas en equipos portugueses, donde fraguó el contacto con su primer socio.

Desde su retirada, hace ya catorce años, se dedicó de lleno al póquer como jugador profesional. De ahí surgió su primer proyecto, una web de información del juego en español, al estilo de las que ya existían en inglés, y luego, Hastoplay (2004), empresa especializada en publicidad relacionada con el póquer online y Betmedia, del mundo de las apuestas deportivas. En 2013 Prisa adquirió el 25% de esta plataforma, que ya no se dedica solo al juego y las apuestas online, sino a prestar servicios de marketing digital en diversos sectores. Buena prueba de que Barros ha ampliado horizontes dentro del mundo digital es OrigenGalicia, una web de comercialización de alimentos y bebidas gallegos a través de internet o Vippter, la red social de los famosos en la que los seguidores pueden estar al tanto de sus movimientos, comprar las prendas o complementos que utilizan los influencers y participar en sorteos lanzados por sus protagonistas. A sus 50 años, Juan Carlos Barros cuenta con más de 30 socios en proyectos distintos.