La pensión media en Galicia es de 778 euros, según los datos difundidos ayer por el Ministerio de Empleo y correspondientes al mes de julio. Es poco más del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), menos de la mitad del salario medio y está a 70 años de la paga que perciben los pensionistas españoles en su conjunto. Esta especie de anacronismo se produce por múltiples causas: los bajos sueldos de la comunidad, la menor penetración (y más tardía) de la mujer en el mercado laboral y el envejecimiento de la población. Pese a esto el Gobierno mantiene activo un tope que impide que las pensiones puedan subir más del 0,25% anual mientras la Seguridad Social esté en números rojos, y ningún experto atisba el día en que el sistema público deje atrás las pérdidas. Así las cosas, y solo para que las pensiones de los gallegos pudiesen alcanzar los 921,2 euros que se abonan de media en todo el Estado, tendrían que pasar al menos siete décadas. Pero estas pagas también subirían, con lo que la brecha no llegaría a romperse.

Con el método actual de cálculo (se conoce como Índice de Revalorización de las Pensiones o IRP), la paga media gallega apenas se verá incrementada en dos euros al año. ¿Resultado? Que para sumar diez euros de ingresos tendrían que pasar cinco años; para recortar los 143 euros que la separan de la media española, los más de 70 mencionados antes. Esta realidad es mucho más compleja para colectivos como las viudas, por ejemplo. Son las que menos cobran de España, con 548 euros de paga, 90 euros por debajo del promedio nacional y 232 menos que las de Vizcaya. Tendrían que pasar 66 años para que las pensiones de las viudas gallegas, a un alza actual de 1,6 euros al año, llegasen a los 646 que se pagan en España de promedio. ¿Cómo se explica esto? Con que la revalorización de ese 0,25% ha llegado para quedarse, y con que su misión no es recortar las diferencias que existen entre comunidades autónomas, sino tratar de mantener viva la Seguridad Social.

Menos de 700 euros

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En todo caso las dos únicas provincias de España donde las pensiones no llegan ni a 700 euros están en Galicia. Se trata de Ourense y Lugo, con pagas de 670 y 690 euros, respectivamente, ligeramente por encima de Murcia (809,78 euros), Comunidad Valenciana y Canarias (848,34 y 848,17 euros). Las más elevadas se abonan en País Vasco: en Álava rozan los 1.170 euros al mes, a abonar en 14 pagas. El montante asciende a 16.380 euros al año; es poco más de lo que cobran por su trabajo los gallegos de entre 36 y 45 años, de acuerdo a la Agencia Tributaria. De hecho solo cuatro comunidades (la vasca, Madrid, Asturias y Navarra) superan los mil euros de pensión al mes.

De momento la estrategia del Ejecutivo de frenar la sangría de gasto público para el pago de las pensiones no ha revertido los números rojos del sistema, y los expertos tampoco prevén que lo haga. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha elaborado un simulador que permite calcular cuánto tendría que crecer la economía española (el PIB, con la consiguiente mejora de la recaudación y el empleo) para que la Seguridad Social saliese de pérdidas y las pagas pudiesen subir más de ese 0,25% actual. Y las perspectivas son la antítesis del optimismo.

De acuerdo al patrón diseñado por la AIReF, el PIB tendría que crecer por encima del 5% el año que viene y en 2019 solo para que las pagas repuntasen el 0,33%. Esto solo permitiría que las pensiones gallegas se revalorizasen en 2,5 euros al año (17 céntimos por cada una de las 14 pagas). Pero el PIB español nunca creció tanto, ni siquiera bajo el vendaval de la burbuja del ladrillo y crédito; solo en el 2000 experimentó un alza del 5,3%, que bajaría después al 4%. Si se repitiese el mismo patrón en los dos próximos ejercicios las pagas se quedarían con lo mismo: un 0,25% raspado de incremento anual.