Los trabajadores que la multinacional aluminera Alcoa tienen en su fábrica de A Coruña no descartan volver a salir a la calle un mes y medio después de haber firmado la paz social hasta 2019 con un convenio laboral a tres años. Esta vez, su reclamación son las "necesarias" inversiones que la firma tiene que hacer en A Coruña para garantizar su continuidad; concretamente en el puerto exterior de Langosteira, a donde tiene previsto trasladar las descargas y almacenamiento de alúmina que actualmente desarrolla en el muelle de Batería. El plazo que tanto el Puerto como la multinacional barajan para ese traslado es mediados del próximo año y, como advierten los trabajadores, el tiempo apremia.

La compañía sostiene que ha estado y sigue trabajando en la planificación de las obras y que actualmente desarrolla el "proyecto técnico de detalle". Defiende además que todavía "hay plazo" porque la fecha prevista es mediados de 2018, pero lo cierto es que hasta ahora la Autoridad Portuaria y la compañía han cifrado en año y medio la duración de las obras.

Alcoa descarga y almacena la alúmina empleada en la fábrica de aluminio de A Grela en una parcela del muelle de Batería. Para trasladar esta actividad a Langosteira tiene que construir nuevos silos de almacenamiento en el puerto exterior que conectarán con el muelle a través de una tubería subterránea para garantizar la descarga en circuito cerrado.

Alcoa solicitó en mayo de 2016 una concesión para acceder a una parcela de 5.000 metros cuadrados de superficie terrestre; el uso de 1.900 metros cuadrados de lámina de agua para las operaciones de descarga de alúmina y, en menor medida, de coque. El permiso llegó en diciembre pasado, tras la aprobación del consejo de administración de la Autoridad Portuaria. El plan fijaba un plazo de obras de año y medio y el traslado, para el verano del año que viene.

Alcoa está además en el muelle de Batería en tiempo de descuento, ya que dispone de una autorización provisional que expira a mediados del año que viene. Su marcha supondrá la "liberación de facto" de este muelle en el que ya en mayo de 2016, cuando solicitó la concesión, sólo quedaban unos silos de cemento en desuso y una nave de la Autoridad Portuaria, según explicó entonces la institución.

La multinacional sostiene que todavía "hay tiempo" para ejecutar los trabajos pero los trabajadores asisten con inquietud a la falta de avances y exigen que se garantice la inversión y así, el futuro de la fábrica coruñesa, en el aire desde que en la primavera del año pasado la aluminera empezó a buscar alternativa para mejorar la competitividad de sus fábricas españolas, incluso con la búsqueda de compradores y sin descartar el cierre.

"La autorización a esas obras llegó a finales del año que viene y el presupuesto no depende de la dirección de Alcoa en España. Queremos que se garantice la competitividad de la fábrica y su futuro", advierte el presidente del comité de empresa, Juan Carlos López Corbacho. Los trabajadores ya han solicitado una reunión con el máximo directivo de la división de Aluminio de Alcoa, Kai Rune, y con la dirección de Alcoa España para reclamar información sobre el proyecto. "Para nosotros es una cuestión absolutamente prioritaria y una preocupación máxima", añade. Por eso, sostiene, no descarta convocar movilizaciones si la compañía no mueve ficha e inicia los trabajos o compromete esa inversión de forma inmediata.

La plantilla advierte de que ésta es su primera preocupación, pero no la única, ya que la fábrica está a un 70% de capacidad de producción en un momento en el que el mercado del aluminio se está relanzando con subidas de precios del 17% respecto a las cifras de principios de año. "Es el momento de arrancar las cubas porque no queremos quedarnos a la cola de la competitividad del sector", explica Corbacho.