Las cifras presentadas ayer por la Asociación Española de Banca (AEB) corroboraron las avanzadas por el Santander en su presentación de resultados del pasado mes de julio: el Banco Popular perdió 12.218 millones de euros en los seis primeros meses del año. La cifra multiplica casi por diez tanto el valor en Bolsa que tenía el banco antes de su resolución como los ingresos por intereses que obtuvo con su cartera de crédito en el periodo. Se trata de la mayor pérdida semestral de la historia del banco que en 2012 adquirió el Pastor.

Lo abultado de las cifras no responde tanto a la evolución del propio negocio como a las provisiones de 12.400 millones realizadas por la entidad presidida por Ana Patricia Botín, de los cuales 7.000 millones procedieron de la macroampliación de capital cerrada en julio.

El objetivo del Santander con este movimiento era hacer frente al lastre del ladrillo que cargaba Banco Popular -más de 30.000 millones de euros en activos inmobiliarios improductivos- y reforzar la solvencia del grupo. El banco realizó las provisiones necesarias para la venta del 51% del negocio inmobiliario del Popular al fondo Blackstone. Además, buscaba aparcar recursos con los que hacer frente a los costes de posibles litigios futuros por las reclamaciones de inversores por la ampliación de capital del Popular en mayo de 2016.

Bonos de fidelización

El último movimiento de la entidad cántabra en este sentido ha sido la oferta de los llamados bonos de fidelización, cuyo folleto fue registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y que, desde hoy hasta el próximo 7 de diciembre, habilitará un periodo para el que aquellos inversores que acudieron a la última ampliación del Popular y propietarios de las emisiones de deuda subordinada de julio y octubre de 2011, puedan recuperar parte de lo perdido.

Para recibir estos bonos es necesario renunciar primero a la toma de acciones legales contra el Santander y acreditar una relación comercial con el banco similar a la que se tenía en el momento en que se acudió a la ampliación o a la compra de deuda subordinada.

Además de la cuenta de resultados del primer semestre, la AEB también publicó el balance de situación de Popular. En él queda patente la huida de los clientes por la situación del banco, que provocó que en doce meses se esfumasen hasta 23.454 millones de euros, un 30,7% del total, hasta dejar la cifra al cierre del pasado mes de junio en los 52.921 millones de euros.