El banco gallego Abanca, del grupo Banesco, que preside el banquero venezolano Juan Carlos Escotet, ha desistido de plantear una eventual fusión con Liberbank aunque exploró esta posibilidad, mediante algunas conversaciones, meses atrás.

Medios conocedores vinculados a Abanca aseguraron que la entidad planteó "conversaciones en su momento" para sopesar una posible integración de ambos bancos mediante una fusión o compra amistosa. Tras esta exploración, que se realizó meses atrás (en julio, según otras fuentes), los contactos cesaron. Personas cercanas al proceso dijeron: "Abanca ha desistido" y "ya no hay conversaciones".

La acción de Liberbank, que había remontado el jueves casi un 8% al calor de los rumores de posibles operaciones corporativas, y que durante el día de ayer llegó a subir un 2,4% (hasta los 0,86 euros), acabó relajándose y cedió al cierre de la sesión un 1,43%, situándose en 0,828 euros por título. Este comportamiento fue común a casi todo el sector: salvo Santander y BBVA, el resto de los bancos cotizados terminaron la jornada en rojo tras la apreciación que protagonizaron el día anterior.

La relajación de las fuerzas compradoras sobre Liberbank se produjo pese a que ayer prosiguió el runrún de las posibles operaciones corporativas sobre el banco de origen asturiano. El Confidencial dijo que, tras conocer el interés de Abanca, el banco malagueño Unicaja se puso en contacto con Liberbank para plantearle conversaciones si la entidad de origen asturiano estaba dispuesta a recibir propuestas. Esta llamada de Unicaja no fue confirmada por el grupo financiero andaluz.

Unicaja, que se estrenó en Bolsa el pasado 30 de junio, es el banco resultante de la integración de las antiguas cajas de ahorros Unicaja, de Málaga, y Caja Jaén, más la anexión del banco Ceiss, formado por la fusión de las castellano-leonesas Caja España y Caja Duero. Unicaja es uno de los pocos grupos supervivientes -junto con Liberbank, Ibercaja, CaixaBank y Kutxabank- de la masiva desaparición de cajas de ahorros desde 2009. Hace varios años Unicaja ya sonó, en el momento más activo de las fusiones bancarias, como posible pareja de Liberbank, lo que nunca se consumó ni se concretó -hasta donde se sabe- con negociaciones.

Liberbank mantiene su proyecto para seguir en solitario y así fue reiterado por medios vinculados al banco. Esta misma disposición fue la que se desprendió del contenido y del tono de la intervención del presidente del banco, Manuel Menéndez, y de su director financiero, Jesús Ruano, en la conferencia con analistas del 7 de septiembre.

El anuncio un día antes de la macroampliación de capital por el 60% para captar 500 millones (y que tiene el apoyo de todos sus accionistas de referencia) y la reactivación de planes para la venta de activos improductivos por 800 millones, junto con otras medidas para la mejora de la rentabilidad, fueron interpretados como la materialización de esta voluntad de seguir en solitario.

Castigo y 'caso Popular'

Los acercamientos a Liberbank por varias entidades para analizar una posible anexión se produjeron tras el fortísimo castigo sufrido por el banco en Bolsa en junio a resultas de la crisis e intervención del Banco Popular, lo que obligó a la CNMV a prohibir las apuestas especulativas a la baja contra Liberbank. Este veto fue prorrogado dos veces, hasta el 30 de noviembre.

La estructura accionarial de Liberbank (las antiguas cajas controlan el 44,8% y suman hasta ahora el respaldo del 26% en poder de Oceanwood, Masaveu y Tinajero) hace inviable el intento de dominio mediante el lanzamiento de una OPA y solo deja expedito el camino del acuerdo, lo que está supeditado a que Liberbank y sus accionistas de referencia sean receptivos a ello.