El Banco de España permanece vigilante y alerta de los desmanes en que puede incurrir el Gobierno para salirse del estrecho camino marcado por la Comisión Europea para cumplir con la reducción del déficit impuesta. En su último informe el supervisor bancario sitúa su previsión de déficit para este año en el 3,2%, una décima por encima de la del Gobierno y de la senda marcada por Bruselas, pero ve "factible" su cumplimiento, aunque es necesaria una ejecución presupuestaria "muy estricta". El organismo presidido por Luis María Linde prevé además un déficit del 2,5% en 2018 y del 2,1% en 2019, lo que supone tres décimas y ocho décimas más, respectivamente, que los objetivos del Gobierno.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, explicó durante la presentación del informe que una nueva prórroga de los Presupuestos Generales del Estado, implicaría que no habría cambios por el lado de los ingresos de las cuentas públicas, mientras que el gasto "se mantiene en la mayor parte de sus variables", lo que "facilitaría el cumplimiento del objetivo de déficit probablemente". Esa prórroga, dice, no es un escenario "muy distinto al vivido en los dos últimos años".

El supervisor financiero defiende además que haya "heterogeneidad" en los incrementos salariales, de forma que las subidas de sueldos se adecuen a las "condiciones específicas" de cada empresa, ya que la moderación salarial de los últimos años fue "positiva" para el consumo en España. Hernández de Cos detalló que aunque ya hay un 25% de empresas con rentabilidades superiores al 15%, otro 22% presenta resultados negativos, por lo que rechazó que los incrementos salariales sean los mismos en todas las empresas. El directivo evitó opinar sobre la última subida salarial planteada a los funcionarios (del 8% en tres años), pero apeló de nuevo al déficit. "Los objetivos de déficit público es importante que se cumplan para la credibilidad de la economía", recordó.

Hernández de Cos se sorprendió por otro lado el descenso de la población activa registrado en los últimos trimestres, debido al envejecimiento de la población, que el Banco de España esperaba "más gradual" y "está teniendo ya un impacto sobre las tasas de actividad". "Las tasas de actividad de las personas mayores son significativamente más reducidas" que la población activa de entre 35 y 45 años", dijo, con lo que el desplazamiento de la población en edad de trabajar a grupos con tasas de actividad más baja provoca que la tasa en su conjunto se reduzca.

El organismo presidido por Luis María Linde constata además un cambio en la composición sectorial de la economía, con un menor peso de la construcción, frente a una evolución más positiva del turismo y un sector industrial que no termina de recuperar los ritmos previos a la crisis. Advierte de que, ante la posibilidad de que las ramas de hostelería y construcción "se aproximen a sus límites" de creación de empleo en el futuro próximo, es necesario buscar fórmulas para expandir las oportunidades laborales de los parados con menor formación, algo a tener en cuenta a medio plazo. "No observamos una recomposición sectorial de la economía", explicó el director general de Economía y Estadística, que llamó a formar a los trabajadores.