-Con la apuesta en energía, ¿se aparcan el resto de áreas?

-Son claves para el desarrollo de los proyectos. La división forestal suministrará toda la materia prima a la planta de Curtis, con ventas de entre 10 y 11 millones de euros al año. La logística se encarga de la distribución. Todas las líneas de la empresa están interconectadas. Nuestra integración vertical es total.

-¿Cómo una empresa como Greenalia puede plantar cara a los gigantes energéticos y contar con un plan que garantiza 1.400 millones de ingresos en los próximos 25 años?

-Con esfuerzo y trabajo. Manuel García, nuestro director general, lleva 20 años trabajando en el sector de la energía. Ahora se ven los resultados, pero el primer papel para tramitar la planta de biomasa es de 2006.

-¿Qué más proyectos de futuro hay sobre la mesa?

-Tenemos tres plantas más de biomasa autorizadas y la cartera de 350 MW de eólica. Cuando vuelvan las subastas, iremos, y en eólica seguiremos desarrollando también con subasta o a pool.

-Van a ser la primera pyme que emita un bono verde.

-Nuestra filosofía se basa en tres pilares: economía verde en todas las cadenas de valor y nuestras 16 sociedades, integración vertical e ingresos recurrentes. Así que el bono encaja perfectamente.