El Nobel de Economía reconoce este año el trabajo pionero del estadounidense Richard H. Thaler en el campo de la economía del comportamiento. El fallo de la Real Academia Sueca de las Ciencias destaca que los trabajos del profesor de la Universidad de Chicago "han construido un puente entre el análisis económico y psicológico de la toma de decisiones por parte de los individuos", explorando cómo la racionalidad limitada, las preferencias sociales y la falta de autocontrol afectan a las decisiones de las personas y a los resultados de los mercados.

Thaler, nacido en East Orange (Estados Unidos) hace 72 años, figuraba como uno de los favoritos a lograr el Nobel junto otros candidatos como la francesa Esther Duflo, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales en 2015.

En sus primeras declaraciones tras conocerse el premio, el economista estadounidense bromeó al asegurar que tratará de gastar el dinero del galardón (943.784 euros) "tan irracionalmente como sea posible", recordando además su breve aparición en la película La Gran Apuesta -donde explicaba cómo habían proliferado productos de deuda complejos durante la burbuja previa a la crisis económica actual- y recomendando su visionado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

La Academia Sueca destacó ayer que los hallazgos empíricos y las percepciones teóricas de Thaler han sido "decisivos" para crear y expandir el campo de la economía conductual, con "profundo impacto" en muchas áreas de la política y la investigación económica.

La aportación de Thaler a la economía conductual, que incorpora análisis de cómo piensan y actúan las personas cuando están tomando decisiones económicas, se basa en la consideración de tres aspectos psicológicos: racionalidad limitada, percepciones sobre lo que es justo y falta de autocontrol.

Las decisiones económicas son tomadas a menudo con un foco "estrecho", sin considerar todas las alternativas y consecuencias, para simplificarlas, lo que Herbert Simon (Nobel de Economía 1978) llamó racionalidad limitada, explica la Academia en su motivación del premio.

Un ejemplo es la teoría de la contabilidad mental de Thaler, que describe cómo organizamos y formulamos decisiones económicas creando cuentas diferentes en la mente y decidiendo según su efecto sobre cada una de ellas y no sobre los activos totales: así ocurre cuando se divide el presupuesto familiar en distintos apartados (gastos, vacaciones...).

Otro elemento de contabilidad mental es el uso de puntos de referencia, como el precio que se paga por una cosa o el coste más bajo en una búsqueda por internet.

Las experiencias previas y la percepción de propiedad intervienen también en la toma de decisiones. Uno quiere normalmente más dinero por vender algo suyo que lo que está dispuesto a pagar por el mismo objeto. Es lo que Thaler llama "efecto dotación" y que entronca con la denominada aversión a la pérdida.

Thaler, profesor de la Universidad de Chicago (EEUU), y otros economistas conductistas probaron en experimentos a larga escala que las preferencias sociales juegan un rol decisivo y que la gente está dispuesta a renunciar a beneficios materiales por lo que considera una distribución justa y a sufrir un coste personal por castigar a otros que violaron reglas básicas.

Ejemplos de ello son los boicots de consumidores a compañías que contravienen las normas "justas" o la reacción negativa a que un vendedor de paraguas aumente el precio de estos ante una subida inesperada de la demanda por lluvias repentinas.