Los efectos ya de por sí negativos de la crisis económica se hicieron notar con especial intensidad entre los asalariados con rentas más bajas. El elevado volumen de contratos temporales y a jornada parcial convirtieron a este colectivo en la primera pieza en caer con los planes de ajuste puestos en marcha por las empresas para lidiar con el descenso en sus cifras de negocio. Pero la recuperación del empleo y de la actividad económica ha dado la vuelta a esta tendencia en dos vertientes.

Ahora son los tramos de renta más bajos los que encabezan la mejora de ingresos y Galicia, una de las comunidades que más padeció la devaluación salarial es precisamente una de las pocas en las que crece el sueldo medio en el último año. Este se eleva un 0,4% (frente a la caída del 0,8% -por primera vez desde 2006- protagonizada en el resto del Estado), hasta los 1.787,3 euros mensuales a cierre del 2016, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La mejor evolución de los ingresos de los trabajadores gallegos durante el último año permite reducir la brecha salarial respecto al resto del país de los 112,8 euros mensuales marcados en 2015 a los 90,8 euros del año pasado. Esta diferencia del 4,8% respecto a lo cobrado por el resto de trabajadores españoles es la más reducida del lustro (llegó a ser del 7,5% en 2013).

Buena parte de esta recuperación ha descansado sobre el repunte de los tramos con menores ingresos, los más beneficiados por el aumento del ritmo de contratación y por las ampliaciones de jornada. Así el sueldo medio del 10% más pobre crece un 3,8%, hasta los 455,5 euros al mes y, al contrario, el 10% más rico percibe ahora 4.408,6 euros de media, un 3,4% menos que el año anterior.

Este comportamiento supone un giro de 180 grados respecto a la tendencia marcada desde el estallido de la crisis.