La multinacional estadounidense Alcoa apura los trabajos para poder trasladar el próximo año las descargas y el almacenamiento de alúmina de su ubicación actual, el muelle de Batería, al puerto exterior de punta Langosteira. La fecha pactada por la Autoridad Portuaria de A Coruña y la aluminera para su mudanza a Arteixo es mediados del próximo año, aunque ese plazo podría ampliarse en caso de ser necesario. De todas formas, Alcoa ha acelerado los trabajos en los últimos meses y, tras completar en septiembre el proyecto técnico de detalle, acaba de finalizar la primera fase de las obras, la que implica el movimiento de tierras en la zona en la que estarán ubicadas las nuevas instalaciones de la compañía y las pruebas de carga en el terreno.

Ahora la aluminera estadounidense, según confirmaron a este diario fuentes de la compañía, está centrada en la adjudicación de los contratos para la construcción de las instalaciones en el puerto exterior y la adquisición de la maquinaria y equipos necesarios para su correcto funcionamiento.

Alcoa descarga y almacena actualmente la alúmina empleada en la fábrica del polígono de A Grela en una parcela del muelle de Batería pero, para trasladar su actividad a Langosteira y dejar libres los terrenos de la dársena coruñesa, debe construir nuevos silos de almacenamiento en el puerto exterior que conectarán con el muelle -la zona de descarga de la alúmina- mediante una tubería subterránea que garantizará el movimiento de la materia prima en circuito cerrado.

El avance de los trabajos para el traslado de las descargas a Arteixo es "una buena noticia" para los trabajadores de la fábrica coruñesa de Alcoa, que entienden que las importantes inversiones que debe realizar la empresa demuestran "su apuesta" por mantener la actividad de la factoría de A Grela. "Esperamos que los trabajos avancen en los próximos meses y se concrete el traslado, que debería producirse el próximo año, pero los pasos dados hasta ahora son una muestra de que la compañía tiene intención de continuar con su actividad en A Coruña", explica el presidente del comité de empresa de la fábrica coruñesa, Juan Carlos López Corbacho.

El representante de los trabajadores de A Grela se muestra, sin embargo, cauto ante las distintas posibilidades que pueden darse en el futuro pues la aluminera ya empezó el año pasado a buscar alternativas para mejorar la competitividad de sus fábricas españolas -la coruñesa, la lucense de San Cibrao y la asturiana de Avilés- al tiempo que sondeaba posible compradores sin descartar incluso el cierre de las plantas.

Y es que el futuro de la compañía en España está muy condicionado a los precios de la electricidad y a la subasta de las primas por reducir o suspender el consumo de energía cuando el sistema no logra atender la demanda -el conocido como servicio de interrumpibilidad-, que le permite tener una factura eléctrica más competitiva para abaratar costes y hacer frente a los operadores asentados en otros países de la UE.

"En caso de desastre en la próxima subasta [que se celebrará entre el 18 y el 22 de diciembre y que tendrá una vigencia de cinco meses, frente al año de las anteriores] nada está garantizado. La empresa podría cerrar la fábrica al 100% si el precio de la electricidad no es óptimo y no le permite ser competitiva", aclara López Corbacho. "Los costes eléctricos en este tipo de industrias rondan el 50% del total, con lo que ante un escenario complicado, de precios altos de la energía, no hay ningún tipo de garantía", lamenta el portavoz de la plantilla de A Grela, que entiende que con un modelo energético más estable la factoría coruñesa podría estar al 100% de capacidad, frente al 70% actual, con lo que su plantilla pasaría de los actuales 400 empleados a rondar los 500. La situación es muy similar a la que viven los trabajadores de la factoría de Avilés, con casi idéntico número de trabajadores y un nivel de producción parecido pues las dos factorías son gemelas, con las mismas características y capacidad productiva.