La economía gallega ya logra producir más que en sus picos precrisis pero, como publicó este diario, lo hace con 190.000 empleados menos. Esta cifra es idéntica al número de trabajadores jóvenes que se han quedado por el camino en estos diez años de dificultades, que se reducen hasta prácticamente la mitad que en 2007 por el impacto del envejecimiento poblacional y de los efectos de la recesión. A las menores oportunidades laborales de los menores de 35 años por el descenso en las ofertas de puestos de trabajo (fuerte caída de la demanda interna) se unió el extremo proceso de ajuste en el sector que más padeció el parón de la actividad económica y que más se nutría de trabajadores recién salidos de los institutos: la construcción.

Siga leyendo la noticia en Orbyt, o suscríbase a La Opinión de A Coruña y tenga acceso completo a todas nuestras noticias sin límites.