Durante los años de crisis se incrementó la emigración juvenil en Galicia, pero esta tendencia se mantendrá en el futuro si no se toman medidas. El estudio de Daniel Sorando y Stefano de Marco difundido por el Consejo de la Juventud calcula que de aquí a 2025 se marcharán otros 23.000 jóvenes gallegos si no se cumplen una serie de requisitos: una reducción de la precariedad laboral juvenil, la agilización del acceso de los jóvenes a la vivienda y el incremento de la inversión en educación.

Según aclara el estudio, no toda la emigración juvenil está vinculada a la falta de oportunidades laborales o a la dificultad para emanciparse. Uno de cada cuatro jóvenes que emigra no lo hace forzado por las circunstancias sino simplemente porque quiere. De hecho, estos expertos aclaran que cuando aumenta el PIB de un país o de una región también aumenta el número de personas que se van al extranjero, porque "es preciso un cierto nivel económico para emprender un proyecto migratorio".

Pero hay otro tipo de flujos migratorios vinculados al fenómeno contrario: precariedad laboral y recesión económica. Y estos son los que se pueden evitar. Así, según el informe, hay un 75% de emigración juvenil que se podría reducir con mejores niveles de empleo, mayor calidad en los trabajos que se ofertan y un acceso a la vivienda más fácil.

También es fundamental la inversión educativa, aunque este requisito Galicia ya lo cumple. La comunidad gallega tampoco sufre unos niveles de pobreza juvenil elevados. De hecho, está por debajo de la media del resto del Estado aunque la investigación apunta a que este indicador está empeorando desde 2011.