El gasóleo es el combustible que utilizan casi siete de cada diez turismos en Galicia. Su precio ha escalado esta semana hasta los 1,226 euros de media, según los registros oficiales del Ministerio de Industria, un umbral que no alcanzaba desde el mes de mayo de 2015. Las estaciones de servicio de la comunidad siguen siendo las más prohibitivas de España, especialmente en las ciudades de A Coruña y Vigo, donde se superan los 1,23 euros el litro. Esta escalada va aparejada a la revalorización del barril de Brent, de referencia para el mercado europeo, que ayer superó los 69 dólares. Pero si ya Galicia soporta el coste más elevado para repostar, una única vía concentra las estaciones de servicio más onerosas para el bolsillo. Se trata de la AP-9: cruzarla cuesta 23 euros (tras la subida del 3,8% del 1 de enero) y las gasolineras de sus márgenes piden casi 1,26 euros por litro de diésel de promedio. Ningún otro tramo viario nacional concentra estaciones de servicio con precios tan altos.

Los conductores que opten por la N-550, vía nacional que une A Coruña y Tui y alternativa al gravoso peaje de Audasa, se encontrarán también con algunos de los surtidores menos accesibles de España. A 1,259 se pagaba ayer el gasóleo en A Escravitude; a 1,255 en A Ermida y Pontecesures; a 1,244 en Vilaboa. De las cien estaciones de servicio que ayer marcaban los precios más altos del país, siempre de acuerdo a la información que sus propietarios remiten a diario al Ministerio de Energía, casi un tercio (31) eran de Galicia. La diferencia entre llenar el depósito en la AP-9 y hacerlo al coste que de media soportan el conjunto de los españoles es rotunda: para un tanque de 55 litros los conductores que lo hagan en la autopista gallega el desembolso es de 69,3 euros; para el resto, de casi cinco euros menos (64,5).

Sin investigación

Porque la cotización del diésel para la media de toda España (incluidas las Canarias y Baleares) era ayer de 1,173 euros, cinco céntimos inferior a la de Galicia. Una horquilla que no se reduce pese a que la Comisión Nacional para los Mercados y la Competencia (CNMC) llegó a anunciar una investigación "en el más breve plazo posible". "Es un problema nacional, pero especialmente agudo en Galicia y hemos acordado estrechar los lazos de colaboración y de trabajo conjunto para poner de manifiesto que no es normal y que hay que terminar con unos precios diferenciales en la comunidad gallega frente al resto de España", exhortó en mayo del año pasado el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, tras un encuentro con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Anunciaba así una investigación que el Gobierno gallego había reclamado tres años antes. Pero ésta, pese a todo, ni siquiera ha comenzado. La Sala de Competencia de esta institución se reunió 19 veces a lo largo del año pasado desde la visita a Galicia de Marín Quemada, según las actas divulgadas en su página web, pero en ninguna de ellas abordó el desfase de precios de los combustibles entre Galicia y el resto de España. Tampoco en las 36 reuniones de la Sala de Supervisión Regulatoria, ni en los ocho plenos del consejo celebrados entre mayo y diciembre.

El Consello Galego da Competencia elaboró en 2012 un expediente sobre el posible pacto de precios en el sector, que posteriormente se integró en una investigación general abierta en 2013 por la Comisión Nacional de la Competencia. Más tarde, en 2014, la Xunta elaboró otro informe para insistir en los precios elevados, que remitió de nuevo al organismo de Competencia estatal para que actuara y que motivó las quejas de Feijóo al no encontrar respuesta. La CNMC cerró su expediente de 2013 con multas de 32,4 millones a cinco operadores en 2015 por pactos de no agresión e intercambio de información en varias localidades españolas, que a su vez derivó en una querella en la Audiencia Nacional que se cerró el año pasado por entender, conjuntamente con la CNMC, que no estaba suficientemente acreditada la perpetración de un delito de pacto de precios, tampoco en Galicia.

Mientras los usuarios gallegos esperan, A Coruña y Vigo continúan a la cabeza como las grandes urbes más caras de España, con el litro de diésel a 1,234 euros de media (con datos de este miércoles). Solo Barcelona se acerca a este nivel, con el gasóleo a 1,224 euros. La media de las grandes ciudades del país, incluso sumando las dos principales de Galicia, era ayer de 1,19 euros. En Lugo ciudad se pagaba ayer a 1,229 euros de promedio el litro, por los 1,219 de Ourense capital.