El presidente del Club Financiero Atlántico de A Coruña, Mariano Gómez-Ulla, asumió este año la Presidencia rotatoria del Círculo Financiero de Galicia, entidad nacida a finales de 2016 de la alianza del club coruñés, el Club Financiero de Santiago y el Círculo de Empresarios de Galicia (Vigo). Este club gallego suma más de 1.100 socios -aportados por sus tres filiales- y cuenta con 120 "asociados gallegos" propios, cifra que Gómez-Ulla aspira a elevar este año a 200.

- El Círculo se creó para dar una voz única a las tres entidades que lo constituyeron. ¿Buscaban huir de los localismos?

-Sí, queríamos acabar con ellos, trabajar unidos por Galicia. La unión hace la fuerza y 1.000 empresarios suman más que 300. En el Círculo estamos 1.100 empresarios de Galicia, entre los que hay pequeños y grandes, que representamos un noventa y mucho por ciento del PIB empresarial de Galicia, con lo que, aunque esto es un club y no una asociación de empresarios, podemos representarlos con una voz para las cosas que tienen que ver con el mundo empresarial. No vamos a hacer política ni negociar convenios colectivos; la unión es para facilitar el nacimiento de nuevas empresas y el crecimiento de las que hay. Buscamos convertir al empresariado gallego en un solo empresario, sin diferencias por provincias.

- ¿Cómo ve desde fuera la crisis de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG)

-No hablamos de la CEG porque vamos por un camino distinto. Hasta ahora los clubes eran solo un lugar de encuentro de los empresarios gallegos y ahora estamos ayudando a esos empresarios. Por lo tanto, tenemos voz igual que la CEG. La patronal gallega debe solucionar sus problemas y nosotros no podemos interferir. No vamos a competir con la CEG ni entrar en su terreno... Los clubes financieros queremos vivir en el siglo XXI, y con eso está todo dicho. Los tiempos han cambiado y hay que vivir en el día de hoy, no en el siglo XIX.

- ¿Con esto quiere decir que la CEG es un poco anacrónica?

-No, digo donde queremos estar los clubes. Todos tenemos que actualizarnos. La empresa que no se actualiza está muerta.

- La CEG perdió socios en los últimos años. ¿Cómo está el Club Financiero Atlántico?

-Gana socios todos los días. Estamos en los 350 asociados y partíamos de 214 cuando yo asumí la Presidencia hace algo más de dos años. Estamos creciendo y cada día la gente se acerca más a nosotros. Antes teníamos que ir a buscarla.

- ¿Cómo ve la situación de la economía? ¿Hay recuperación?

-El país se ha estabilizado respecto a la época más dura de la crisis, pero me da la impresión de que no ha terminado todavía. El crédito, que es un síntoma, fluye más, pero aún de forma insuficiente porque las condiciones son muy duras. Y si son muy duras, el empresario que ya ha estado sufriendo lo tiene difícil, y sin crédito no hay empresas ni crecimiento. Las que van como un tiro van solas, no necesitan dinero, y son minoría. La situación mejora pero queda mucho por andar.

- De hecho, el paro baja no tanto porque se cree empleo sino porque la gente se va o deja de apuntarse en el Inem?

-Mucha gente se va, otra no se apunta y en el paro también habría que deflactar cuál es la bajada real. Hay nuevos empleos, pero en Galicia un tercio de los creados en 2017 fueron de menos de una semana? El empleo es muy precario, independientemente de las condiciones económicas, que también lo son.

- Hoy hay menos afiliados a la Seguridad Social que en 2007. Es decir, Galicia crece por la mayor productividad por empleado?

-Porque tenemos empresas muy importantes, en el caso de Galicia de primer nivel mundial, y ese tipo de núcleos empresariales representan un porcentaje muy importante de ese crecimiento. Pero necesitamos que crezca la economía en general, todas las empresas. La concentración no es buena; si esas grandes empresas tuviesen problemas, afectarían a toda la economía.

- Firmas como Inditex...

-Sin duda. Pero hay otros grupos muy importantes en Galicia, como Citroën en Vigo.

- El hecho de que haya menos afiliados aún que en 2007 lastra el sistema de pensiones...

-La Seguridad Social fue un magnífico invento en su momento. Ahora el problema es que la gente vive más. Si antes se moría con 60 años, ahora se muere con 95, y hay una bolsa enorme de pago de pensiones que no estaba prevista; y hay menos cotizantes y los nuevos cotizantes cotizan mucho menos. Todo eso junto dificulta que el sistema sea viable tal y como está.

- ¿La gente joven llegará a tener pensión?

-Creo que siempre habrá una pensión, pero posiblemente una pensión mínima garantizada, como la Risga o algo parecido.

- ¿Es hora de subir los salarios?

-Sí. En España perdimos un poder adquisitivo importante con la crisis y eso hace muchas veces inviable que suba el consumo porque hay gente que no tiene ni para pagar la luz. Sin consumo se rompe la cadena y la economía no mejora.

- ¿Ve excesivo que el salario mínimo pase a ser de 1.000 euros?

-Es perfectamente asumible porque países de nuestro entorno están muy por encima de esa cifra.

- En cuanto a las diferencias de género, ¿hay mucho por hacer?

-Se ha avanzado mucho en los últimos años, pero la valoración no debe ser por sexos, sino por capacidad. Si ahora el 60-70% de los estudios universitarios están copados por mujeres, es que se están cualificando más, por lo que tendría que haber más mujeres que hombres trabajando. Pero aún hay brecha salarial, aunque se acorta, y debemos trabajar para avanzar aún más.

- ¿Echa de menos alguna infraestructura en Galicia que limite el crecimiento?

-Hay pequeñas trabas, como las burocráticas. Para crear una empresa te vuelves loco. Cuando logras abrir tu establecimiento ya has quebrado. Hay que facilitar el nacimiento de empresas y las infraestructuras son imprescindibles. El Corredor Atlántico es muy importante, igual que una adecuada conexión ferroviaria interna en Galicia. Es buena la de A Coruña-Santiago-Vigo, pero vete de A Coruña a Lugo y verás... Y hay que hacer algo con los aeropuertos porque cuando llegue el AVE desaparecerán sí o sí.

- En el tema burocrático, ¿hay que imitar a Portugal?

-Portugal tiró por la calle de en medio y busca facilitar la implantación de empresas como sea, con ayudas fiscales y el no cobro de impuestos. Es una buena política pero tiene inconvenientes como que tus ingresos caen. Le va bien, pero tampoco tiene unos salarios importantes y no sé que niveles de precariedad hay. Aquí nos sobran polígonos industriales y se dieron ayudas en su día para cosas que no hacían falta. Hay que hacer un plan serio y selectivo sobre qué queremos hacer a 20 o 30 años, no año a año o legislatura a legislatura. El cortoplacismo no sirve para nada. Portugal parece que lo está haciendo bien pero a veces no es oro todo lo que reluce.