La mayoría de las empresas familiares -en concreto cerca del 60%- renuncia a repartir beneficios y decide reinvertirlos. Es uno de los datos del estudio Factores de competitividad y análisis financiero en la empresa familiar, elaborado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y su red de cátedras, que destaca que estas compañías aprovecharon los primeros años de la recuperación económica para reducir endeudamiento, aumentar sus plantillas y mejorar la productividad y la rentabilidad.

El director general del Instituto de la Empresa Familiar, Juan Corona, aseguró ayer en la presentación del estudio en Madrid que al igual que en todas las empresas, "la rentabilidad es uno de los principales objetivos de las empresas familiares; sin embargo, también se caracterizan por compartir unos valores, unos principios y una cultura en donde la prudencia, la austeridad, la visión de largo plazo, o el compromiso con el entorno constituyen parte de su ADN". En ese sentido añadió que "en un mundo cada vez más concienciado, más comprometido, donde la sostenibilidad adquiere una importancia creciente, estos valores se convierten en una parte intangible de sus activos y pueden tener su retorno a largo plazo, algo que ya se observa en las empresas familiares de mayor dimensión".

El estudio señala también que durante los primeros años de la recuperación, las empresas familiares incrementaron sus ventas en más del 10% y la productividad subió el 5% en el periodo 2013 y 2015.