Se veía venir que las previsiones iniciales de la Xunta para la economía gallega en 2017 pecarían de pesimistas. El escenario macroeconómico de los presupuestos estimaba un crecimiento del 2,4% que, a mediados de año, el Ejecutivo autonómico elevó hasta el 3%. Pues bien, el Producto Interior Bruto (PIB) avanzó finalmente un 3,1%. Lo mismo que el ejercicio anterior. Ahora sí, Galicia vuelve a los niveles previos a la doble recesión y por primera vez en la historia la producción de bienes y servicios supera los 61.000 millones de euros, según el balance de contabilidad regional publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Aunque todos los sectores cerraron en positivo, la principal causa del nuevo acelerón es la buena marcha de las exportaciones, también en máximos históricos. Lo que todavía está muy lejos de volver a cifras precrisis es el empleo: la economía de Galicia mueve más actividad que en 2008 con 188.000 ocupados menos.

El último trimestre no fue, precisamente, el mejor. La economía gallega confirma cierta desaceleración. El alza trimestral, que llegó al 0,9% entre abril y junio, y al 0,8% entre julio y septiembre, se quedó en el 0,7%, aunque en relación al mismo periodo de 2016 aguantó en el 3,1%. Van nueve trimestres seguidos con alzas del 3% o superiores.

Los datos de Galicia y el conjunto del país convergen. El PIB nacional avanzó igualmente un 0,7% en los últimos tres meses de 2017 y un 3,1% en el año. Pero las pautas de crecimiento no son las mismas. Mientras en Galicia el negocio exterior de las empresas funciona de locomotora, en todo el país la demanda interna está más fuerte. Así, el gasto en consumo final en la comunidad medró un 1,5% y un 2,2% de todo el Estado. La diferencia es más llamativa en el caso de los hogares: un 1,3% frente al 2,4%, casi el doble, nacional. Sí es mayor la aportación del desembolso del sector público, un 2,1%, cinco décimas por encima del resto de autonomías. Entre las empresas que operan en Galicia, la inversión subió un 3,2% en 2017. Un 5% en toda España.

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La balanza internacional, en cambio, pesa más en Galicia, donde las exportaciones aumentaron un 4,8%, muy por encima de las importaciones (2,3%). En la contabilidad nacional, las ventas a otros países repuntaron un 5% y las compras un 4,7%.

La Consellería de Facenda subraya que se han superado las previsiones. La confirmación, dice, de que la economía gallega "mantiene su fortaleza". "Los datos del organismo estatístico de la Xunta muestran que el buen comportamiento de la economía gallega se basó en los resultados positivos de todos los sectores, el incremento del consumo de los hogares y las administraciones, y también la evolución favorable un año más de las exportaciones de bienes y servicios", apunta el departamento que dirige Valeriano Martínez.

Sí, el crecimiento es generalizado entre los sectores. Aunque no con la misma intensidad. A la cabeza del estirón del PIB se colocan, de nuevo, el comercio, el transporte y la hostelería, con un espectacular ascenso del 6,3%. A continuación está la información y las comunicaciones. La industria manufacturera completa el podio: un 4,2%. El conjunto de la industria, sin embargo, acabó 2017 con una subida de solo el 1,7% por el gran peso que tiene el sector energético, muy penalizado por el impacto de la sequía en la generación de las renovables.

La construcción mejoró un 3,5%. Es el mejor dato del ladrillo en Galicia en once años. Las actividades profesionales avanzaron un notable 3,9%. El sector primario, un 1,7%.

El número de puestos de trabajo en 2017 ascendió a 1,128 millones, de los que 993.600 son empleos a tiempo completo. Aumentaron un 1,8%, con la creación de 17.700 en el último año.