La crisis marcó un antes y un después en muchísimas cosas. El mercado laboral tiene pendiente aún recuperar una buena parte del empleo destruido y acabar con la vertiginosa temporalidad, una modalidad de contratación cada vez más protagonista y que implica habitualmente salarios más bajos y condiciones casi imposibles para plantearse un futuro. En eso también tiene mucho que ver, según UGT, la reforma laboral, "un arma arrojadiza para precarizar" el empleo "y las condiciones de vida de los trabajadores". "Las cifras están ahí y son claras", advierte el sindicato, ante la pérdida de la mayoría dentro del peso del PIB que antes de la crisis tenían los salarios en Galicia. Suponían el 46,9%, mientras que el excedente de explotación y rentas mixta s (los rendimientos de las empresas) representaban el 45%.

Desde 2012 ese reparto cambió y en la comunidad, al cierre del tercer trimestre de 2017, los sueldos suponían el 42,4%, frente al 47,7% de las rentas mixtas, algo de lo que no hay precedentes. En el conjunto del Estado la retribución a los trabajadores sigue por encima, aunque cayó también.

"La tan publicitada recuperación económica se traslada a beneficios empresariales, pero no a la mejora del empleo", critica UGT-Galicia, que insta a mejorar los sueldos y potenciar la industria.