El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer los estímulos monetarios expansivos (tipos oficiales en el 0%, tipo negativo del 0,4% a los bancos por aparcar su liquidez en las cuentas de la autoridad monetaria y compras de 30.000 millones de euros mensuales en títulos de deuda para mantener bajos los tipos a largo plazo y aumentar la base monetaria) pero endureció sutilmente su discurso, lo que anticipa un posible aviso de que la ofensiva monetaria (prevista, en principio, hasta el 30 de septiembre, tras haberla prorrogado varias veces) podría acercarse a su final.

Aunque el eurobanco repitió la habitual advertencia de que la expansión monetaria podría prolongarse más allá de esa fecha si fuese necesario para que la inflación se acerque al 2%, el BCE suprimió por vez primera la coletilla de que está dispuesto a aumentar la dosis de compras mensuales si empeorase la situación.

El BCE prevé, por el contrario, que prosiga la recuperación económica de la eurozona y que se intensifique: ayer revisó al alza en una décima su anterior pronóstico (en diciembre predijo un crecimiento del 2,3% en 2018) y lo elevó al 2,4%. El cambio de discurso fue percibido por los mercados cambiarios como excesivamente tenue y cauteloso. Por ello, el euro se depreció un 0,83%: cayó de 1,2411 a 1,2307 dólares por unidad.

De cara a 2019 y 2020, el BCE mantiene sus anteriores pronósticos de crecimiento en la eurozona, en el 1,9% para 2019 y en el 1,7% al año siguiente.

"Los riesgos a la baja están relacionados con factores globales, incluyendo el creciente proteccionismo", señaló el presidente del eurobanco, Mario Draghi, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE.

En cuanto a los precios, los nuevos pronósticos del BCE estiman una tasa de inflación para 2018 del 1,4%, en línea con las previsiones de diciembre, mientras que revisó una décima a la baja su proyección para 2019, hasta el 1,4%, manteniendo sin cambios el pronóstico de 2020, cuando los precios subirán un 1,7%.

Draghi mostró también su preocupación por el "creciente proteccionismo", que puede lastrar el crecimiento de la economía, mientras que no dudó en señalar la desregulación financiera "en algunas jurisdicciones" como uno de los mayores riesgos para el resto, manteniendo así la firmeza del tono empleado ya en su anterior reunión de enero respecto a las últimas decisiones de EEUU.

En relación con la amenaza de imposición de aranceles por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, el banquero italiano indicó que el contagio inmediato de estas medidas comerciales "no va a ser tan grande", subrayando su convencimiento de que las disputas comerciales "deberían discutirse y resolverse en un marco multilateral". "Si impones aranceles a tus aliados, ¿quiénes son entonces tus enemigos?", se preguntó Draghi en referencia a la deriva proteccionista de la Administración Trump.