Donald Trump ha exonerado temporalmente de los aranceles al acero y el aluminio a dos de los tres mayores exportadores de productos siderúrgicos a EEUU: Canadá (principal suministrador extranjero de acero y aluminio a la mayor potencia del mundo) y México. La exención le servirá a Trump para presionar a los dos socios en la renegociación del tratado de libre comercio que vincula a los tres países.

Aunque se dice que el arancel es una respuesta de Washington a Pekín (principal causante del exceso de capacidad mundial), China -pese a que es el mayor exportador de acero- es el décimo suministrador a EEUU (aporta sólo el 4% del total) tras las medidas defensivas que Washington lleva tiempo aplicando a la producción del gigante asiático.

Los principales perjudicados por los aranceles son, salvo excepciones, países aliados de EEUU, por lo que pierde consistencia la excusa invocada por Trump. Para no tener que someterse a autorización de las cámaras legislativas, el presidente se ha acogido a la invocación de la seguridad nacional. Sin embargo, el secretario de Defensa de EEUU aseguró que al país le basta el 3% de su producción nacional de acero y aluminio para cubrir sus necesidades militares. EEUU exportó el año pasado 9,2 millones de toneladas de acero.