"Teníamos que hacer régimen, ponernos a dieta porque estábamos muy gordos (...) y nuestras tiendas quedaban obsoletas". Con estas breves sentencias resumía ayer el presidente de Mercadona, Juan Roig, el "proyecto de transformación disruptivo" que ha iniciado la firma líder de la distribución en España y que le llevarán a invertir 8.500 millones de euros en su plan estratégico hasta 2023 -que financiará con recursos propios y sin elevar su deuda- para transformar su red de algo más de 1.600 tiendas en España, continuar la construcción y mejorar sus bloques logísticos, planificar su expansión en Portugal y adaptar la compañía a los nuevos tiempos del comercio electrónico.

El buque insignia de la distribución incrementó en 2017 su facturación un 6%, pero tuvo que sacrificar beneficios netos al reducirse a la mitad (322 millones en ganancias) para centrar esfuerzos en el largo plazo y apostar por las inversiones en establecimientos (29 aperturas, 16 cierres y 126 reformas). También generó 5.000 nuevos puestos de trabajo directo, a los que se suman los 3.700 empleos de sus proveedores tras abrir 80 nuevas fábricas e invertir 700 millones.

Roig aseguró que 2017 ha sido un "punto de inflexión" para todos los que formamos Mercadona: 84.000 trabajadores (el 64% son mujeres, que ocupan el 47% de los puestos directivos). Las nuevas incorporaciones, una media de 15 al día, tienen un salario mínimo neto de entrada de 1.132 euros al mes. Los sueldos crecieron un 1,1%, aunque en el caso de 12.300 empleados, un 11%.

Para lograr esta transformación estratégica de forma sostenible, la compañía, con cargo a sus recursos propios, invirtió la cifra de 1.008 millones de euros un 47% más que en 2016. Además, la inversión también se ha destinado a impulsar todas las secciones de frescos, y la apertura de dos nuevos centros de coinnovación, en Paterna y en la localidad portuguesa de Matosinhos (Oporto).

Del beneficio total generado por Mercadona, un 35% se repartió entre la plantilla (313 millones de euros) en concepto de prima por objetivos; un 25% de las ganancias (205 millones) se revertió en la sociedad en concepto de impuestos; un 25% (202 millones) se reinvirtió en la empresa como recursos propios, y el 15% restante se distribuyó entre los accionistas vía dividendos. Roig se sentía orgulloso por la aportación de Mercadona a la creación de riqueza en España, que representa el 3% del empleo total del país, (545.000 puestos de trabajo), el 1,7% del PIB (19.500 millones de euros) y un volumen de compras en el mercado nacional de 17.533 millones de euros, el 85% del total de las compras realizadas por la compañía.

Mientras Mercadona toca techo en España, donde ha frenado su masiva apertura de tiendas en comparación con los últimos años, el proyecto de la empresa familiar en Portugal sigue avanzando y fue otro de los capítulos inversores destacables. "Otros países tendrán que esperar", apuntó Roig.

Cataluña, País Vasco y Madrid son las áreas prioritarias de Mercadona para abrir nuevas tiendas dentro de España. En 2018 Mercadona volverá a realizar una inversión histórica, de más de 1.500 millones de euros, destinada a la apertura de 27 supermercados y la reforma de más de 200 supermercados con el nuevo modelo de tienda eficiente. A lo largo de este año prevé generar mil nuevos empleos, crecer un 2,5% en facturación y ganar 330 millones (+2,5%).

La compañía piensa acometer su ambicioso plan de expansión sin elevar el endeudamiento y tirando de los recursos propios. Según destacó Roig, "las decisiones de Mercadona se basan en el largo plazo; si pones el foco en el beneficio a corto plazo es difícil tomar decisiones; ahora nuestro firme compromiso es invertir para transformar la compañía".