Cuatro horas de debate sobre las pensiones en el Congreso de los Diputados y los parlamentarios salieron del hemiciclo igual de divididos que entraron. Como prácticamente ha pasado durante los últimos quince meses en las deliberaciones de la comisión de seguimiento del Pacto de Toledo, acuerdo que se alcanzó en 1995 (tras otra crisis económica) y que incluía el compromiso tácito de los partidos de no usar el sistema público de prestaciones como ariete electoral. Lo escuchado ayer certifica que tal compromiso está fenecido, aunque el entierro no es de ahora, sino que viene de años atrás. Puede decirse que la incapacidad de los grupos para llegar a acuerdos sobre las pensiones fue uno de los resultados obvios del debate de ayer. Otro fue una oferta, por ahora inconcreta, del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para subir las pensiones más bajas.

Rajoy habló de "una mejora adicional de las pensiones mínimas y de viudedad" y de concentrar "las ayudas fiscales en el IRPF en las familias y en los pensionistas". Y supeditó esas medidas a la aprobación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2018, que presumiblemente recibirá luz verde del Consejo de Ministros antes de finales de marzo. Con ese movimiento, el presidente intenta poner la pelota en el terreno de la oposición: sólo si se consigue una mayoría suficiente para aprobar las cuentas públicas (con el apoyo del PNV o una abstención del PSOE), habrá una subida extra para al menos una parte de los jubilados.

Rajoy precisó poco más. Se limitó a comentar, en una de sus respuestas a la oposición, que sería "razonable" una subida igual a la inflación para las prestaciones más bajas. Las llamadas prestaciones contributivas mínimas las perciben el 25% de los pensionistas en España, y su cuantía depende de la clase de pensión y de las condiciones familiares, pero en la gran mayoría de los casos no llegan a los 800 euros al mes. Considerando una inflación del 2% para este año, una subida igual a la del coste de la vida para estos pensionistas sería por tanto inferior a dos euros.

Rajoy tampoco concretó la mejora de las pensiones de viudedad. Si se trata de la que ya comprometió el Ministerio de Empleo y que está por aplicar desde 2012 (aumento de la base reguladora del 52% al 60% entre 2018 y 2019), se limitaría a las prestaciones de los mayores de 65 años con menores ingresos y dejaría fuera al 70% de las viudas gallegas.

El presidente del Gobierno rechazó actualizar todas las pensiones según el IPC en lugar del incremento del 0,25%, aplicado por quinto año a los casi nueve millones de pensionistas españoles. "No podemos gastar lo que no tenemos", remarcó frente a una de las grandes reivindicaciones que encabezan las movilizaciones de jubilados de las últimas semanas y las que se repetirán el próximo sábado (con manifestaciones en las principales ciudades gallegas). Al igual que todos los portavoces parlamentarios, Rajoy apeló a la conveniencia de intensificar el diálogo en el Pacto de Toledo y tuvo palabras elogiosas para el colectivo de los pensionistas y en particular para su papel durante la crisis como amortiguador de la caída de las rentas familiares por el paro. En la creación de empleo, afirmó el presidente, está "la garantía del futuro de las pensiones". "Por primera vez desde 2008 las cotizaciones crecen más (5,3%) que el gasto en pensiones (3%)", afirmó sobre el agujero del sistema de pensiones, que en 2017 se situó por encima de los 18.000 millones. Reafirmó que no dará marcha atrás a ninguna de las reformas de las pensiones (la del PSOE en 2011 y la del PP en 2013) ni a la reforma laboral y sólo se le escuchó cierta autocrítica al referirse a la carta que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, envió a principios de año a los pensionistas sobre la subida del 0,25%: "Es una carta que a nadie le hubiera gustado recibirla y entiendo perfectamente lo que sentirían las personas que lo recibieron".

"Usted ha venido aquí sólo por un cálculo electoral", reprochó al presidente la portavoz socialista Margarita Robles. También afeó que Rajoy "no haya hecho propuesta alguna para mejorar la situación de los pensionistas; ustedes eluden lo que está pasando en la calle". "Dicen que no hay dinero para subir las pensiones, pero ustedes han rescatado a los bancos con el esfuerzo de los españoles" y "han esquilmado el Fondo de Reserva que los socialistas dejamos con 66.000 millones", expuso también Robles. Los socialistas propusieron revalorizar las pensiones con arreglo al IPC, reforzando la financiación con nuevos impuestos a la banca y a las transacciones financieras; suprimir el llamado factor de sostenibilidad (otro ajuste de las jubilaciones que entrará en vigor en 2019) y derogar la reforma laboral.

"No rompan ustedes la paz social y el orden y suban las pensiones como manda la constitución", emplazó al Gobierno el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quien también usó como munición "los 60.000 millones del rescate a la banca" y "los dos mil millones de las autopistas rescatadas". Sus propuestas: derogar las dos reformas de pensiones y la laboral, subir las prestaciones y el salario mínimo y suprimir los beneficios fiscales a los planes privados.

"Con los héroes de esta crisis no se juega", dijo el portavoz de Ciudadanos, Albert Rivera, que defendió, sin concretarlas, nuevas reformas para cortar la precariedad del empleo. "El populismo no es la solución, pero el inmovilismo tampoco", añadió el parlamentario naranja, el más tibio de la oposición en la crítica a Rajoy (junto a Isidro Martínez Oblanca, de Foro Asturias). Rafael Hernando (PP) contraatacó a la izquierda acusándola de manipular a los jubilados "sacándolos a la calle con pancartas que no sirven para nada". Las pancartas retornarán este sábado.

Más movilizaciones

Los principales concellos gallegos volverán a vivir nuevas manifestaciones de pensionistas durante la jornada de hoy. En A Coruña, la CIG convoca a las 11.30 en el Obelisco. El calendario de movilizaciones, lejos de paralizarse, se acelerará tras el pleno monográfico de pensiones de ayer. El secretario general de la CIG, Paulo Carril, calificó de "indecentes" las declaraciones de Rajoy, que durante su intervención recalcó que las partidas de pensión y desempleo no sufrieron ningún tipo de recorte durante su mandato.

"Si ya teníamos sobradas razones para movilizarnos, con esta intervención las hay con todavía más fuerza para reclamar unas pensiones dignas", recalca Carril. La decepción con el, a su juicio, escaso calado de las medidas anunciadas, es compartida con el resto de sindicatos. UGT calificó el anuncio de mejoras en las pensiones mínimas y de viudedad como "pura demagogia para tratar de acallar la protesta unánime de los pensionistas" y repitió su reivindicación de ligar las pensiones a la evolución del IPC. "Resulta fundamental protestar contra el empobrecimiento de unos pensionistas que pierden poder adquisitivo por segundo año consecutivo y exigir un modelo público de pensiones eficaz e ineficiente", considera. El sábado habrá más protestas en la mayoría de ciudades españolas.