El carbón desaparecerá "casi por completo" del mix energéticomix de España en 2030 y sólo quedará un uso residual ligado a la industria. Es el escenario base que ha dibujado la Comisión de Expertos de Transición Energética -constituida por el Ministerio de Energía-, que propone planes de reactivación económica para los territorios afectados por los cierres de la minería y de las centrales térmicas de carbón.

En el informe de los 14 expertos se apoyará la política de descarbonización del Gobierno, clave para el futuro de algunas instalaciones en Galicia. Si el ritmo de esa transición energética se cumple conllevará el previsible cierre de sus dos centrales térmicas de carbón, ambas coruñesas: la de As Pontes, que ya inició las obras para poder operar más allá de 2020, y la de Meirama (Cerceda), que tiene en el aire su futuro de cara a la próxima década.

El presidente de la comisión de expertos, Jorge Sanz, entregó ayer al ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, el informe de 546 páginas, que ha contado con un elevado nivel de consenso -11 votos a favor y 3 abstenciones-. "En el informe se evalúan diversas combinaciones de las diferentes fuentes de energía para la consecución de una transición energética eficiente, sostenible y baja en carbono", señaló Nadal. El planteamiento de partida -considerando la posible evolución de la oferta y la demanda y el cumplimiento de los objetivos de cambio climático- dibuja un escenario base para 2030 en el que hay un desacoplamiento entre el crecimiento económico y la demanda energética (por un incremento del ahorro y la eficiencia), aumenta de forma relevante el peso del gas y de las tecnologías renovables (especialmente la fotovoltaica), se despliegan las tecnologías de almacenamiento (baterías), la demanda de petróleo se reduce en gran medida, se asume que las centrales nucleares se mantienen en el mix y el carbón desaparece casi por completo.

En ese escenario, el parque de carbón pasaría de los 9.536 megavatios (MW) instalados actualmente a 847 MW -poco más de la potencia de una central térmica convencional- pero desaparece del mix de generación eléctrica porque su uso se vincula exclusivamente a la industria. No obstante, los expertos no prevén un cierre acelerado de centrales térmicas y estiman, a partir de los planes de las compañías eléctricas, que en 2025 la potencia instalada de carbón aún sería de unos 4.660 MW, la mitad que la actual. Hay que tener en cuenta que el informe de asesores del PSOE, difundido el pasado mes, planteaba achatarrar las centrales de carbón antes de 2025.

El informe de expertos del Ministerio de Energía sitúa el fin del carbón en 2030. Lo hace en su escenario base, teniendo en cuenta que el incremento del precio final de las emisiones de CO2 dará una ventaja competitiva a los ciclos combinados (muchos de los cuales están actualmente infrautilizados) respecto a los grupos de carbón. No obstante, el análisis de los expertos también tiene en cuenta otros escenarios en los que el carbón podría seguir teniendo protagonismo incluso más allá de 2030. En su escenario base prevé un coste de emisiones de 50 euros por tonelada de C02 pero también analiza lo que ocurriría si se mantiene una potencia de 4.660 MW de térmicas de carbón e incluso la actual potencia de 9.536 MW y el precio de la tonelada de CO2 no sube de los 33 euros o se mantiene en los 7,5 euros actuales. En esos casos el coste de generación del sistema se reduciría entre un 14 y un 45%, pero las emisiones de CO2 aumentarían entre 30,7 y 49 millones de toneladas.

Fuentes del Ministerio de Energía destacaron que el informe de los expertos "no plantea un único escenario válido, sino diferentes variables" y que el departamento que dirige Álvaro Nadal apuesta por que la transición energética se lleve a cabo de una "forma gradual". La portavoz del PSOE en la comisión del ramo, Pilar Lucio, señaló que "es un informe muy abierto y, en principio, demasiado conservador".