CaixaBank centrará su actividad este año en mejorar la rentabilidad para situarla entre el 9 y el 11%, profundizar en la digitalización, seguir aumentando el número de clientes y reforzar el posicionamiento de BPI en Portugal. Son las cuatro prioridades marcadas por el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, durante su junta de accionistas celebrada ayer, la primera en Valencia tras el cambio de domicilio social. La entidad tiene un 40% de penetración en clientes y es el principal operador para la mayor parte de la clientela, un camino por el que quiere seguir para continuar ofreciendo "un servicio de calidad, una experiencia diferencial y una relación basada en la transparencia y la proximidad". La cuota de mercado de las oficinas es del 18%, ligeramente por encima de sus competidores de la entidad, y la penetración digital llega al 33%.

El banco tiene, destacó Gortázar, "los canales" para continuar estando "cercanos" a los clientes, para los que este año lanzará una nueva aplicación móvil de "línea abierta". Entre los avances en digitalización están la movilidad que aportan las tabletas, con las que se ha equipado a la plantilla, y la transformación de algunas oficinas que han sido diseñadas para dar un mejor servicio en los grandes centros urbanos.

El consejero delegado señaló que la entidad debe ser "suficientemente ágil" para acompañar el cambio de la digitalización y tener las capacidades para superar a sus competidores.

A punto de acabar su actual plan estratégico, el próximo, 2019-2021, buscará convertir a Caixabank en "un referente europeo en rentabilidad y banca sostenible", aseguró su presidente, Jordi Gual.