La decisión del grupo Ferroglobe -fruto de la fusión de la española Ferroatlántica y la estadounidense Globe- de trasladar el proyecto de fabricación de silicio de alta pureza para su uso en paneles solares fotovoltaicos, baterías de móviles y de coches eléctricos de Sabón (Arteixo) a Puertollano (Ciudad Real) Arteixosupone una amenaza para alrededor de una veintena de empleos en A Coruña. Silicio Ferrosolar -la firma en la que se integra esta actividad- negoció individualmente con los trabajadores de Arteixo -una treintena- su traslado a Ciudad Real, pero solo media docena de ellos aceptó la propuesta. Por ello, la compañía debe buscar una salida al resto de empleados, bien mediante despidos, recolocaciones o medidas pactadas.

La filial de Ferroglobe pretendía aplicar un expediente de regulación de empleo (ERE) como solución al excedente de personal que tendrá en Sabón pero, tras reunirse con los representantes sindicales, aceptó estudiar la posibilidad de adoptar medidas no traumáticas. De hecho, según explicaron fuentes sindicales a este diario, el grupo controlado por Villar Mir se comprometió a dar una respuesta a la plantilla en los próximos días.

El proyecto de Silicio Ferrosolar era uno de los que la compañía incluía en su plan de inversiones en Galicia si lograba vender las centrales hidroeléctricas de A Costa da Morte. Ante la negativa de la Xunta a autorizar la segregación de actividades -las fábricas de ferroaleaciones de la producción de electricidad-, lo que frustró la venta de los saltos de agua, Ferroatlántica decidió trasladar el proyecto de Silicio Ferrosolar a Puertollano, donde prevé invertir 70 millones de euros en los próximos meses.