Lo primero que hizo Julio Fernández Gayoso en su regreso al Congreso de los Diputados fue pedir que constara en acta un apunte "personal". Su disculpa por "errores y equivocaciones" que en sus más de 40 años de trayectoria profesional pudo cometer. "De todo corazón", dijo, "apelo a su comprensión y perdón". El expresidente de Caixanova y Novacaixagalicia cedió los aciertos a "los órganos de gobierno y el equipo de gestión", pero "los errores desearía asumirlos".

Ya en su comparecencia en la Comisión de Economía hace cinco años, en julio de 2012, para analizar la reestructuración financiera, Gayoso optó por ceñirse exclusivamente a la defensa de la salud con la que la entidad viguesa llegó a la fusión para marcar las distancias con Caixa Galicia. Y ayer, esta vez ante la comisión creada en la Cámara Baja para investigar el rescate al sector, insistió en lo mismo. "Esto a lo mejor les sorprende, pero en sus últimos cuatro años de vida Caixanova ganó 100.000 millones de pesetas (600 millones de euros). De modo que no es verdad cuando se habla de estado de ruina o coma", zanjó.

Sí fue un poco más allá ayer, a diferencia de su declaración de 2013 e, incluso, de lo que dijo en la comisión del Parlamento de Galicia, en su reconocimiento contundente de que él estaba en contra de la integración con Caixa Galicia. "Es bastante fácil de comprender", apuntó, ante los efectos para plantilla, oficinas, servicios centrales, créditos y depósitos de la unión de dos entidades "que llevaban 100 años ocupando un mismo territorio". "Una fusión de dos cajas de la misma comunidad era la peor opción", insistió. "Qué pensaba el Banco de España? Exactamente lo mismo. Era la peor de todas las opciones posibles", añadió. Si no se eligió una fusión con una caja de otra comunidad autónoma, "la mejor solución", fue "porque en Galicia no estaba permitido". "No había más opción que la fusión intrarregional", explicó, en referencia al veto anunciado por el presidente Alberto Núñez Feijóo y la ex conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, a un matrimonio que no fuera entre las dos gallegas.

Pocos meses antes de la integración, como recordó, el Banco de España realizó la última inspección a Caixanova. No se detectaron problemas, como sí ocurrió con la "inviabilidad" de Caixa Galicia, según Gayoso. "Es la respuesta más lógica y adecuada", contestó, ante las dudas sobre las cuentas de la entidad, "con un modelo industrial" y "sin excesiva" carga inmobiliaria. "Era el 21%", concretó. Gayoso sí admitió que hubiera sido mejor reducir el crédito al ladrillo antes y "errores" en la comercialización de preferentes. "Se vivieron auténticos dramas. También de empleados y sus familiares. No fue un engaño deliberado", exculpó.

No evitó la delicada cuestión de su paso por la cárcel para cumplir los dos años de condena por las prejubilaciones como cooperador necesario. Aunque remarcó que los contratos eran "antiguos", apeló a "respetar y acatar las sentencias".