El regreso de la polémica sobre la fusión de las dos cajas gallegas tras las comparecencias en la comisión de investigaciuón del Congreso de los Diputados sobre el rescate financiero del expresidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, y el coautor del "diagnóstico acelerado" encargado por la Xunta sobre la operación, Francesc Gibert, sirve al jefe del Ejecutivo autonómico para refrendar lo que hizo. Ni una autocrítica al proceso que derivó en la nacionalización de la entidad fusionada, una inyección de recursos públicos de más de 9.000 millones de euros y su posterior venta a Banesco. "Nunca le mentí a mi país, nunca tergiversé un informe y, si volviésemos a empezar, volvería a hacer exactamente lo mismo, trabajar para tener una entidad financiera en Galicia", defendió Alberto Núñez Feijóo ayer en el pleno del Parlamento gallego, frente a las duras críticas de la oposición por, entre otras cosas, "mentir" cuando él y su conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, presentaron el informe como "una auditoría" y una " due diligence".

Algo que el propio Gibert negó en el Congreso hace un par de semanas. El socio de KPMG insistió en lo que había contado en la comisión de investigación del Parlamento gallego en 2013comisión de investigación del Parlamento gallego. Que ni era una due diligence, ni recomendaba la fusión. De hecho, él apostaba por una absorción de Caixa Galicia por parte de Caixanova para aliviar la morosidad de la caja coruñesa.

"No era una auditoría ni recomendaba la fusión", arremetía ayer Ana Pontón, portavoz del BNG. "Sus mentiras le salieron muy caras a este país -aseguró-; supusieron la venta a precio de saldo de nuestras cajas y miles de empleos desaparecieron". El Bloque solicitó, una vez más, el acceso al informe completo de KPMG, incluidos los documentos del contrato. En Marea también reprochó a Feijóo que "esconda" esos y otros documentos, como los análisis internos de la Consellería. "En el caso de que no se encargase esa información, la Xunta habría incurrido en una ilegalidad", advirtió Luis Villares.

"¿Qué querían? ¿Que se liquidasen las cajas y que nos fuéramos con la sede a Madrid o a Valencia?", espetó Feijóo. "¿De qué se me acusa? ¿De defender Galicia? Acepto. ¿De defender 12.000 empleos?", añadió, pese a que el número de trabajadores hoy en Abanca ronda los 4.000. Porque el presidente de la Xunta, sin referencia alguna a los informes de los inspectores que revelan la quiebra de Caixa Galicia, sostiene que las cajas "no podían existir". "Ninguna de ellas, lo sabemos todos salvo los que quieren seguir falseando el relato", apuntó Feijóo.