La subasta de los incentivos eléctricos entre la gran industria para el periodo comprendido entre el 1 de junio y el 31 de diciembre de este añoincentivos eléctricos concluyó ayer. Fuentes de Red Eléctrica de España (REE) -encargada de celebrar la subasta y operadora del sistema eléctrico español- confirmaron a media tarde que el proceso de adjudicación del servicio de interrumpibilidad -por el que las fábricas electrointensivas suspenden o reducen su consumo energético cuando el sistema no logra atender la demanda a cambio de compensaciones económicas- había finalizado tras dos jornadas y media de intensa actividad, pero no dieron más detalles del resultado del proceso. Al igual que en ocasiones anteriores, el hermetismo es total y la propia Alcoa (una de las empresas más dependientes de este proceso para que sus fábricas españolas sean competitivas) se limitó a confirmar la conclusión de la puja y a explicar que la aluminera no evaluará los resultados hasta que sean validados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

La falta de información es también la tónica entre los representantes sindicales de las plantas afectadas por la subasta, especialmente la coruñesa de Alcoa, que en los últimos ejercicios no salió bien parada de este proceso competitivo descendente (logra el servicio el que esté dispuesto a prestarlo a un menor precio). De hecho, el presidente del comité de empresa de la fábrica de A Grela, Juan Carlos López Corbacho, denunció que las factorías coruñesa y asturiana (gemelas) de la aluminera estadounidense "no compiten" en la subasta "porque Alcoa actúa como grupo". El representante de la plantilla lamenta que la compañía "prioriza" la obtención de megavatios interrumpibles para su fábrica de San Cibrao (Lugo), la de mayor tamaño y más moderna, sobre las de A Coruña y Avilés, que se quedan "con los restos".

Aunque a la subasta acude un pujador en representación de cada planta, los trabajadores de A Grela acusan a la multinacional de apostar por la lucense y "lastrar" a las otras dos. "Salga el resultado que salga en la subasta de esta semana, está claro que los mejores bloques que obtenga Alcoa irán primero para San Cibrao y lo que sobre se repartirá entre A Coruña y Avilés", sentenció López Corbacho. "Estamos bastante desencantados con la actuación de la empresa porque actúa como grupo y ya hizo así en subastas anteriores. Sabemos que no somos libre para competir en ese proceso de asignación de la interrumpibilidad", aseveró el portavoz de la plantilla coruñesa tras saber que la puja para lo que resta de año había finalizado.

Los trabajadores aseguran ver con incertidumbre y sin garantías el futuro de la planta de A Grela, de la que dependen directamente más de 400 trabajadores, porque "ni la rentabilidad depende de la plantilla". "Arrimamos el hombro todo lo que podemos pero tenemos ese lastre de que no somos libres al pujar en la subasta, por lo que obtenemos menos [primas eléctricas] de las que podríamos lograr", denunció López Corbacho, que reclamó un sistema que permita "mirar al futuro con optimismo".

La subasta de los incentivos eléctricos celebrada entre el pasado lunes y ayer reparte 2.600 megavatios (MW) interrumpibles para los siete últimos meses del año que el Gobierno distribuye en 25 bloques de 40 MW y 320 de cinco megavatios. La aluminera estadounidense aspiraba en la subasta a hacerse con el mayor número posible de lotes grandes, mejor remunerados (con un precio de salida de 200.000 euros el megavatio y año, frente a los 150.000 euros de los de 5 MW), pero lo más probable es que solo haya conseguido una parte de los que necesita porque en esa puja por los mejores paquetes participan otras empresas como Arcelor Mittal, Asturiana de Zinc o Ferroatlántica para las que los costes eléctricos suponen una porción menor de sus gastos y, por tanto, pueden ofrecer el servicio de interrumpibilidad a un menor precio.

Si en las anteriores subastas, con bloques grandes de 90 megavatios, Alcoa precisaba seis de esos lotes (cuatro para San Cibrao, uno para A Coruña y otro para Avilés), en la actual necesitaría como mínimo ocho de 40 MW para la lucense, dos para la coruñesa y otros dos para la asturiana, a los que debería sumar aún bloques adicionales de 5 MW. Sin embargo, en las últimas pujas el resultado obtenido por la multinacional estadounidense ya quedó muy lejos de esos niveles de potencia interrumpible considerados ideales con las dos fábricas más pequeñas sin ningún lote grande.

El desembolso máximo del Gobierno para los últimos siete meses del año por la prestación del servicio será de 257 millones, a los que hay que sumar los más de 150 millones asignados de enero a mayo.