Mucho se habla, otra vez, de la mejora salarial como condición indispensable para consolidar la recuperación de la economía. Las empresas familiares, por ejemplo, advertían hace solo unos días de que sin ella no había forma de implantar en España un modelo productivo que compita por producto y tecnología y no por bajos costes. También lo cree el Gobierno, acorralado por el déficit de la Seguridad Social -a menores sueldos, menos ingresos por cotizaciones- y la necesidad de alimentar el consumo, pieza fundamental del Producto Interior Bruto (PIB). De hecho van ya unas cuantas llamadas al sector privado para que imite su revisión en las nóminas públicas: subida variable en función del crecimiento y una fija del 1,75% para este año, el 2,25% en 2019 y el 2% en 2020 si se mantienen los nuevos presupuestos. La realidad, por el momento, es bien distinta. La ganancia media por trabajador en España en 2016 aumentó solo un 0,2%, hasta los 23.156 euros, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ese ejercicio la inflación fue del 1,6%. El mismo porcentaje de subida de precios que hubo en Galicia, donde el ascenso de las remuneraciones fue del 2,2%. Únicamente Navarra superó esa variación, con un 2,4%, pero en el caso gallego hay mucho de efecto rebote: la subida se centra en los sueldos altos e impulsa la media.

La ganancia media en Galicia alcanzó en 2016 los 21.082 euros anuales, unos 1.505 euros por mes repartidos en 14 pagas. La gallega es la cuarta comunidad con el sueldo más alto... por la cola. Solo se embolsan menos los trabajadores de Castilla-La Mancha (20.825 euros), Canarias (19.749) y Extremadura (19.475 euros). La diferencia con el total nacional es de 2.074 euros. A la cabeza de las ganancias de los empleados está País Vasco, que roza los 27.500 euros, seguido de Madrid (26.330), Navarra (25.468) y Cataluña (24.454).

Lejos de ser una subida uniforme, la ligera recuperación de los salarios en Galicia afecta, sobre todo, a los tramos más altos. El 25% de los trabajadores de la comunidad mejor pagados no recibe menos de 26.610 euros, lo que supone un aumento del 2,4% en comparación con 2015. Si cogemos el 10% de los mayores salarios, el alza fue del 1,6%. En ambos casos, en el Conjunto del Estado la variación es prácticamente nula.

Por el contrario, el 25% de los peor pagados en Galicia cobra, como mucho, 13.136 euros, un 0,5% menos que el ejercicio anterior. La reducción estatal en la retribución de ese grupo de ocupados fue del 0,3%.

Aumenta la brecha, por tanto, entre los sueldos más altos y los más bajos en Galicia. Y, de nuevo, la de género. La ganancia media de los hombres en Galicia se sitúa en 23.774 euros después de una revalorización anual del 2,5%. En las mujeres asciende a 18.294 euros, un 1,1% más. La subida entre ellos es más del doble y suman 5.479 euros por encima de ellas. La diferencia es del 23%: la brecha más alta de los últimos tres años y ahora ya superior a la media nacional (22,3%).

Las mujeres están en el grupo de asalariados a los que la recuperación deja fuera. Concretamente, las trabajadoras con empleo temporal: su remuneración en Galicia cae un 1,1% (14.727 euros anuales), frente al 6% de subida entre los hombres con contrato eventual (17.420). El otro principal recorte viene en los jóvenes. Los ocupados de 24 a 34 años se embolsan de media en la comunidad 16.464 euros, un 1,7% menos que en 2015. Entre los 35 y 44 años la subida fue del 1,9%; y del 2,6% entre los de 45 a 54 años. La retribución en los puestos de responsabilidad y perfil técnico alto medró un 1,9%. En actividades con formación intermedia y empleos elementales, un 0,9%.