"Nosotros logramos bajar la prima de riesgo", dijo Mariano Rajoy, entonces presidente del Gobierno, el pasado 14 de marzo durante el debate parlamentario sobre las pensiones. Cuando Rajoy llegó al Gobierno, el 22 diciembre de 2011, el diferencial de riesgo -en plena crisis soberana en Europa por el peligro de impago y salida del euro de Grecia- estaba en 336 puntos básicos. Siete meses después, el 25 de julio, casi se había doblado (alcanzó los 649) y el interés del bono español a diez años llegó al 7,75%, nivel de rescate.

En los días previos, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, exigió la intervención del Banco Central Europeo (BCE): "Nosotros ya hemos hecho todo lo que podíamos hacer. Es el BCE el que no está haciendo nada para apagar el incendio de la deuda", dijo el 20 de julio. Y el entonces vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, sostuvo dos días después: "Si el BCE quiere, esto se acaba el lunes. Y si no se acaba el lunes es porque el BCE no quiere".

El presidente del BCE, Mario Draghi, eligió el corazón financiero de la City de Londres para lanzar su famosa frase de las trece palabras el 26 de julio: "El BCE hará todo lo necesario para salvar el euro. Y será suficiente". A partir de ese mismo día, todas las primas de riesgo del sur de Europa comenzaron a relajarse y prosiguieron en su caída a medida que se adoptaron medidas de respuesta a los ataques de los especuladores y al pánico de los inversores: se creó el programa OMT para auxiliar a países en dificultades, se constituyó el mecanismo de rescate (MEDE), se pactó ir a la unión bancaria, y Alemania cambió su estrategia sobre Grecia y se comprometió a mantenerla en el euro. Luis de Guindos, entonces ministro de Economía, escribió en España amenazada que todas estas medidas fueron muy importantes y que la de Berlín fue decisiva.

EErrores. El BCE aprendió de sus errores. Durante el Gobierno de Zapatero el BCE subió tres veces su tipo oficial de interés en plena crisis y las dos últimas, en 2011, contribuyeron a causar la segunda recesión. Con Rajoy en La Moncloa, el BCE siempre bajó sus tasas de referencia: redujo seis veces la oficial, que cayó del 1% al 0% (un hecho inédito) entre 2012 y 2016, y situó en negativo la que aplica a los bancos, otra decisión sin precedentes.

A partir de 2014 puso en marcha la expansión monetaria, con compra masiva de deuda privada y luego pública de los países del área, con una inversión que en septiembre sumará 2,55 billones de euros.

EIntereses. El exministro de Hacienda Cristóbal Montoro dijo el 30 de marzo de 2017 que "si no hubiéramos reducido el déficit fiscal tan rápido no hubiéramos crecido como lo estamos haciendo". Sin embargo, no aclaró cómo, siendo así, España crece más que el promedio de la Unión Europea con el mayor descubierto presupuestario de la zona. La explicación la dio el mes pasado el Banco de España en su informe de estabilidad financiera: el "crecimiento generalizado" está "favorecido por la continuación de una política monetaria acomodaticia y unas condiciones holgadas de financiación". Y esto beneficia a los países endeudados y daña a los ahorradores.

Los tipos en el 0% y la compra de bonos liberaron renta para el consumo y restaron costes financieros a las empresas y al Estado. Esta reducción de cargas permitió bajar impuestos en campaña electoral y el menor servicio de la deuda contuvo la salida de recursos al exterior para remunerar a los tenedores extranjeros de bonos españoles. Pese a que el volumen de deuda pública aumentó desde 2011 en 421.045 millones de euros (hasta más de 1,16 billones, dato de marzo, último disponible), el Gobierno (gracias al BCE) va a reducir este año el pago de intereses a los niveles de 2010, cuando la deuda era casi la mitad: 649.259 millones.

EDe Guindos. El 9 de marzo, en la toma de posesión de Román Escolano como su sucesor en el Ministerio de Economía, Luis de Guindos, que ya era de facto el inminente vicepresidente del BCE (tomó posesión este viernes), no citó ni una vez la contribución del Banco Central Europeo a la recuperación española. Toda ella había sido obra del Gobierno. Pero 22 días antes, el 15 de febrero, cuando compareció como candidato a la vicepresidencia del BCE ante el parlamento europeo para recabar el apoyo de la cámara, proclamó el papel fundamental del banco emisor en la salida de la crisis.