El sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura y pesca) es el más discriminatorio para las mujeres, ya que la brecha salarial alcanza el 43,6% en este ámbito en Galicia. Mariscadoras, ganaderas o agricultoras gallegas cobran de media 10.560 euros al año. Sus compañeros varones, 4.599 euros más, según datos de Hacienda de 2016. La discriminación es todavía más acentuada en la media del país: los trabajadores españoles del sector primario cobran un 64,3% más que ellas. En este caso la brecha monetaria es menor (2.944 euros) porque el salario medio de las mujeres en estas tareas es más bajo (menos de la mitad, 4.581 euros), lo que apunta a actividades menos estables. Con ser el más desigual, el trabajo en el campo y en el mar no es el que más afecta a la brecha salarial, ya que solo ocupa al 1% de las trabajadoras gallegas y al 2,5% de las españolas. Lo mismo pasa con la banca y los servicios financieros, que dan trabajo al 2,3% de las empleadas de la comunidad. Es el campo donde las mujeres tienen una remuneración más alta (26.451 euros al año de media), pero sus compañeros o jefes cobran un 41,7% más: 11.033 euros de diferencia en la nómina anual.

La discriminación no desaparece allí donde las mujeres son mayoría. Una de cada tres trabajadoras gallegas (33,7%) se dedica a los servicios sociales, con un salario medio de 21.208 euros al año. Los hombres cobran 4.198 euros más (19,8%) por la misma actividad. La segunda salida más frecuente para las gallegas es el ámbito del comercio, reparaciones y transporte, que aglutina al 20,7% de ellas y les aporta una retribución media de 13.985 euros. Sus compañeros terminan el año cobrando 5.509 euros más (+39,4%). Lo mismo ocurre en la industria, donde muchas mujeres (el 8,5% de las trabajadoras gallegas) tienen que vivir con salarios de 16.077 euros, que quedan a una distancia de 6.784 euros (41,1%) de los de los hombres. El sector más igualitario es el de la construcción y las actividades inmobiliarias, donde la brecha salarial es del 9%, con lo que los varones cobran solo 1.413 euros más que los 15.767 de las mujeres. Este subsector, sin embargo, solo ocupa al 2,4% de las trabajadoras de la comunidad.