El plan de estímulos que recogió el guante del presidente del Banco Central Europeo (BCE) con aquella ya histórica frase pronunciada por Mario Draghi en 2012 de hacer "lo que fuera necesario" para salvar al euro tiene los meses contados. El organismo dejará de comprar deuda en diciembre. El programa se prorroga así tres meses sobre lo previsto, porque el plazo en principio finalizaba en septiembre, aunque el freno se notará ya en otoño: de los 30.000 millones de euros mensuales en bonos pasará a la mitad, a 15.000 millones.

Tras más de dos billones de euros en adquisiciones en los tres años en vigor, el fin de esta medida histórica (denominada QE) se tomó por una decisión "unánime" del Consejo de Gobierno del BCE reunido ayer en Riga (Letonia) y que contó con la presencia por primera vez del nuevo vicepresidente, el exministro de Economía Luis de Guindos. "No desaparece", aseguró Draghi, respecto al programa QE. "Sigue siendo parte de la caja de herramientas -apuntó-. Es una nueva parte de la política monetaria".

El presidente del BCE destacó los sustanciales progresos realizados hacia un ajuste sostenido de la inflación, confiando en que en los próximos meses continuará el proceso de convergencia de la subida de precios hacia el objetivo de la entidad, cerca, pero por debajo del 2%, y que será capaz de mantenerse incluso después de la retirada gradual de estímulos. Draghi recalcó que el BCE sigue listo para ajustar todos sus instrumentos si fuera necesario y la institución mantendrá su política de reinvertir los vencimientos de los distintos programas de compras "durante el tiempo que sea necesario", insistió. "El Consejo de Gobierno comparte la intención de evitar un endurecimiento no buscado de las condiciones financieras", aseguró Draghi para disipar los temores a una retirada del BCE más brusca de lo esperado, añadiendo que, a pesar del final de su intervención en el mercado, "el euro es irreversible porque es fuerte y la gente lo quiere".

Lo que sí tardará más en llegar es la revisión de los tipos de interés. El BCE seguirá prestando al 0% a los bancos a una semana, al 0,25% en las operaciones diarias y con el cobro del 0,4% por el exceso de sus reservas a un día. Pero también aquí se ven señales de posibles cambios. Los tipos seguirán en estos niveles "al menos" hasta el verano del próximo año.

El BCE revisa a la baja su previsión de crecimiento en la eurozona en este 2018. Pasa del 2,4% al 2,1%. Y prevé más inflación, un 1,7% frente al 1,4% anterior. Draghi defiende que los riesgos se mantienen en general equilibrados, aunque se consolida una incertidumbre: "la amenaza de un mayor proteccionismo".

La Unión Europea fijó ayer el objetivo vinculante de energías renovables para 2030 en el 32%, con una cláusula de revisión al alza en 2023. El techo se sitúa así en un punto intermedio entre las pretensiones de la Eurocámara (35%) y de los Estados miembros (27%), aunque había países más ambiciosos alineados con la postura de los eurodiputados, como España. "Es una victoria duramente trabajada para desbloquear el verdadero potencial de la transición de Europea hacia una energía limpia", aplaudió el comisario de Energía y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete. La nueva ministra del ramo, Teresa Ribera, considera el objetivo una "fantástica noticia" para "España y su industria".