Durante un reciente ciclo de conferencias organizado por la Fundación Barrié para abordar "la encrucijada" a la que se enfrenta Galicia ante el envejecimiento, el presidente de la Fundación Renacimiento Demográfico, Alejandro Macarrón Larumbe, cambió la metáfora del "invierno" por la de "suicidio" para referirse a la deriva de la pirámide de edades de la población en medio mundo. Un gravísimo problema con consecuencias, alertó, en "inversión y consumo, emocionales, políticas y de productividad". Los datos son de sobra conocidos. Y las alertas se repiten insistentemente con cada actualización del padrón.

En un país cada vez más desequilibrado por el envejecimiento, Galicia es un territorio que lo sufre con especial virulencia sin que ninguna de las proyecciones a largo plazo dejen entrever una tregua. Uno de cada cuatro residentes (665.800) supera los 65 años. Las últimas estimaciones del Instituto Galego de Estatística (IGE) prevén que el número se incremente un 20% hasta 2031. Serán uno de cada tres. Pero el progresivo alargamiento de la esperanza de vida, cerca de 83 años en Galicia, también ofrece una visión "más optimista", como la que en esas mismas jornadas esbozó el conocido economista Antón Costas: es una oportunidad, entre otras razones, para el desarrollo de nuevos productos y servicios pensados para el colectivo. Lo que se ha venido a bautizar como silver economy [economía de plata] o economía sénior, en plena efervescencia en Galicia, convertida por sus peculiaridades en un auténtico laboratorio viviente para ensayar el envejecimiento activo.

Los mayores serán el colectivo mayoritario en la sociedad del futuro. "Por eso es necesario realizar múltiples adaptaciones en el estilo de vida actual para dar respuesta a este cambio de paradigma demográfico, siendo la alimentación uno de los puntos clave", apunta Juan Vieites, secretario general la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados (Anfaco-Cecopesca), que el pasado año desarrolló 58 proyectos de biotecnología, 18 de ellos para investigaciones sobre la relación entre la alimentación y la salud. En Metasin el objetivo fue lograr ingredientes activos, alimentos y complementos nutricionales capaces de incidir sobre el síndrome metabólico, el conjunto de factores fisiológicos, bioquímicos o clínicos que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes; y el Satisfood se encargó de desarrollar y validar alimentos saciantes.

Los avances entroncan con el fenómeno de los productos bio, uno de los pilares del crecimiento del negocio en el gran consumo, como recuerda Vieites, pero con un plus añadido: estos superalimentos, ricos en nutrientes, deben ser también inteligentes. Responder a las necesidades concretas del sector sénior, "uno de los más implicados en mantener una dieta saludable", según destaca el secretario general de Anfaco. "Para conseguirlo se necesitan proyectos de I+D que permitan generar conocimiento sobre los beneficios de ciertos alimentos o combinaciones de ingredientes hacia aspectos saludables específicos -añade-. Además, su integración en los productos finales no es en absoluto sencilla en muchos casos". Eso hace que buena parte de los esfuerzos en las investigaciones se centren en cómo llevar el producto al mercado con todas sus propiedades organolépticas -sabor, color o textura- "optimizadas".

Por ese camino va el proyecto Seniorplus, en el que Anfaco-Cecopesca coordina el área científico-técnica. Después de los buenos resultados cosechados con una experiencia similar enfocada a la reducción o eliminación de sustancias alergénicas, seis empresas gallegas referentes en sus respectivos segmentos decidieron dar un paso más y desarrollar nuevos productos adecuados para la gente mayor "que puedan emplearse con fines preventivos y como tratamiento para mejorar el estado de salud general de este sector de la población".

"El deterioro de la calidad de vida se debe a procesos degenerativos donde destacan ciertas enfermedades en las que influye muchísimo el estilo de vida y la dieta saludable, además de los antecedentes genéticos", cuenta Rocío Freire, responsable de Calidad de Alibos, la compañía dedicada a la explotación de castaña, hongos y otros cultivos como la fresa y los espárragos verde de la comarca de A Ulloa, donde se ubica. Alibos lidera el proyecto Seniorplus, en el que participan Kiwi Atlántico, Daveiga -fabricante de las conocidas galletas mariñeiras-, Quesería Prestes, la cárnica vilanovesa Ramiro Martínez y la distribuidora de productos ecológicos Bioselección. Todas pequeñas empresas, muy repartidas por el territorio gallego y fundamentalmente en localidades de interior, "con filosofías fundamentadas en la producción de alimentos de calidad elevada, ecológicos, utilizando materias primas gallegas y con un alto grado de innovación". "Las seis abarcamos productos muy diferentes, pero a la vez mantenemos sinergias entre nosotros que nos permiten trabajar en colaboración y plantear soluciones que, a priori, no habían sido consideradas", detalla Freire.

Cada una trabaja individualmente en nuevos artículos dentro de su gama, prestándose alimentos -Bioselección y Daveiga tiran de la castaña de Alibo- y con el respaldo de Anfaco, el Centro Tecnolóxico da Carne y el Grupo de Físicoquímica del Agua de la Universidad de A Coruña. Con sus expertos se realizan los estudios de funcionalidad y viabilidad. Las empresas Soutos Sativa y Custom Drinks y el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL) de Braga (Portugal) completan el cartel de colaboradores.

Están preparando una bebida vegetal, una línea de galletas mariñeiras adaptadas a la población sénior, una bebida funcional a base de kiwi, quesos saludables bajos en sal y probióticos con leche semidesnatada, un concentrado de castaña como suplemento nutricional y productos cárnicos enriquecidos con omega 3 nanoecapsulado y bajos en sal. Cuatro de las empresas, Alibos, Daveiga, Kiwi Atlántico y Prestes, desarrollan conjuntamente y con el apoyo de Anfaco un producto más conjuntamente: una bebida fermentada utilizando materias primas propias.

El proyecto, en la última fase -algunos artículos están listos y otros validándose-, concluirá a finales de año y pone el acento tanto en los componentes y sus valores saludables, como en que sean sencillos "de preparar e ingerir". El fondo importa, pero las formas no son una cuestión menor para un colectivo con hábitos de consumo muy diferentes.

"Tienden a un problema de desnutrición porque suelen comer poco y mal", narra Manuela Buján, del departamento de I+D de Porto Muíños, una de las comercializadoras de algas de Galicia más reputada. Las algas estarían incluidas en esa categoría de superalimentos. Son ricas en minerales, en vitaminas e, importantísimo, en fibras, "lo que les hace ideales para cubrir las necesidades fisiológicas de un grupo de población con movilidad baja, sedentaria y con problemas intestinales", explica.

La empresa ha comenzado a estudiar qué tipo de algas son mejores para ofrecer un producto especial para los mayores. Porque no todas tienen la misma composición ni en las mismas cantidades. El proyecto está todavía echando a andar después de la participación de Porto Muíños en las jornadas de presentación del programa Inclusilver, orientado "a aprovechar las oportunidades relacionadas con la nutrición personalizada y la economía sénior, a través del refuerzo de la innovación en productos y servicios de distintos sectores, para el segmento poblacional de más de 50 años". Forman parte de él nueve clústeres de toda Europa, con el Skane Food Innovatios Netword, de Suecia, y el Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga) a la cabeza. Las pymes pueden acceder a apoyos financieros directos a través de cheques de innovación y a servicios de apoyo técnicos para las labores de I+D.

La idea de colaboración entre empresas y centros de investigación viste prácticamente la totalidad de los apoyos que la Xunta tiene en su apuesta de hacer de Galicia ese "laboratorio viviente de excepción" para "desarrollar y aplicar innovaciones tecnológicas para mejorar la calidad de vida de las personas" y exprimir "el grado de especialización científica" de la comunidad en el área de salud. La Estratexia de Especialización Intelixente de Galicia (RIS3) reconoce la mayor tendencia al envejecimiento que presenta la autonomía con respecto a otras y uno de los restos que sirven de esqueleto a las medidas para modernizar la economía regional es la prioridad de asentar "un nuevo modelo de vida basado en el envejecimiento activo" que coloque a Galicia "como región líder del sur de Europa" . Desde diciembre de 2013 hasta agosto del pasado año, la inversión pública para proyectos e iniciativas de I+D en el marco de este reto de la RIS3 ascendió a 53,2 millones de euros, según la Consellería de Economía, Emprego e Industria.

Entre la retahíla iniciativas financiadas por el departamento que dirige Francisco Conde están tres Unidades Mixtas de Investigación (UMI) en el área de salud. Gradiant y Everis prueban prototipos tecnológicos de e-Salud para "incrementar su aceptación entre los usuarios y su utilidad"; la Universidade de Santiago de Compostela y Laboratorios Esteve preparan nuevos fármacos para tratar dolores crónicos, "un problema de salud especialmente relevante para Galicia por ser un territorio de población altamente envejecida", incide el departamento que dirige Francisco Conde; y el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela con la multinacional Roche se unen en la oncología de precisión.

Aunque casi de forma automática Televés se asocie al sector de la radio y la televisión, el grupo gallego suma más de una veintena de empresas dedicadas a diseñar y fabricar equipos que aporten a las viviendas infraestructuras de telecomunicaciones óptimas. "Es así como llegamos a las soluciones sociosanitarias, de las que existe una enorme demanda social, en particular en la atención a las personas mayores y dependientes", afirma el director de I+D de la corporación, Sebastián Pantoja. Alineados con la RIS3 de Galicia, Televés capitanea el proyecto Activage en la comunidad: la creación de un ecosistema dinámico que interconecte mediante tecnología del Internet de las Cosas hasta 43.000 aplicaciones y dispositivos. Una especie de Gran Hermano, pero no invasivo, dentro del domicilio de la gente mayor o con enfermedades crónicas para su seguimiento.

"La idea es poner la tecnología al servicio de las personas, pero sin interferir en su vida diaria", cuenta Pantoja. Con detectores inalámbricos se recogen datos de comportamiento y biomedidas que permiten detectar situaciones de riesgo -desde caídas a problemas de sueño- y ayudan en tareas cotidianas (recordatorios de medicación, ejercicios de memoria, etc.). Todos los datos son "completamente confidenciales" y se utilizan únicamente "para la toma de decisiones personalizadas para cada usuario".

De la mano de Televés en el proyecto -a escala europea con experimentaciones también en Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Grecia y Finlandia-, están Cruz Roja, Fundación Vodafone España, la Universidad Politécnica de Valencia y el Servicio Galego de Saúde (Sergas). Ahora mismo reclutan voluntarios para probar los equipos en hogares reales. Televés prevé que a finales de este mes haya 100 usuarios participando con más de 600 dispositivos conectados en sus hogares. "La acogida está siendo muy buena y, de hecho, ya hubo un caso en el que los sensores instalados evitaron un accidente", cuenta Sebastián Pantoja. El objetivo es llegar a 700 viviendas y 1.600 usuarios y desarrollar desde Galicia "soluciones y nuevos modelos de prestación que sean un referente europeo". "La tecnología no solo contribuye a la mejora de la calidad asistencial, sino que también está llamada a ser decisiva para garantizar a medio y largo plazo la sostenibilidad económica de nuestros sistemas sanitarios y de protección social", resalta el director de I+D de Televés.