El presidente del comité de expertos responsable de elaborar un informe para el anterior Gobierno sobre la transición energética, Jorge Sanz, asegura que lo que plantean en su análisis son distintos escenarios y qué ocurriría en ese camino a la descarbonización de la economía con medidas encaminadas a combatir el cambio climático y al menor coste posible. Sin embargo, matiza que es imposible "adivinar" lo que ocurrirá en el sistema eléctrico español de aquí a 2030 y cuál será el futuro de centrales como las térmicas, algo que, señala, depende mucho de las instituciones europeas. Este experto, que formó parte de los Gobiernos socialistas entre 2004 y 2009, presentó a finales de mayo su informe en Galicia, en un acto organizado en Santiago por el Ilustre Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Galicia (Icoiig), y en esta entrevista defiende que su análisis, pese a ser un encargo del anterior Ejecutivo, es independiente, por lo que asevera: "Un informe así hay que leerlo, porque ideas va a dar".

- ¿Qué le parecen los anuncios realizados por el nuevo Gobierno sobre la transición energética y su plan de acelerar la descarbonización de la economía?

-Creo que todavía no hay un posicionamiento concreto. Entiendo que hay sensibilidad hacia el problema de la transición energética y el cambio climático, lo que no se sabe es qué medidas se van a adoptar.

- La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, habla de eliminar la producción de electricidad con carbón en 2025. Su informe apuntaba a 2030?

-Nosotros no dijimos fechas, eso es un malentendido. Hicimos simulaciones para calibrar cómo de sensible es el grado de cumplimiento de los objetivos ambientales a determinadas hipótesis como los precios de los combustibles o a decisiones como cerrar las nucleares. Para eso utilizamos un escenario central que es una foto de lo que podría ocurrir en 2030. Lo utilizamos como referencia igual que podíamos haber usado otro.

- Pero en ese escenario central hay poco carbón...

-Sí, pero no pasaría nada por poner otro en el que hubiese más carbón. El objetivo no es adivinar qué va a ocurrir en 2030 sino cómo de sensible es el grado de cumplimiento de los objetivos ambientales ante las hipótesis que hagas en ese escenario central. Si el precio del petróleo es mayor o menor, vemos qué impacto tendría. No queremos adivinar el futuro porque nos vamos a equivocar. En ningún momento le estamos diciendo al Gobierno: "Oiga, en 2030 no va a haber carbón", porque no lo sabemos.

- ¿De qué dependerá que haya más o menos carbón?

-Del precio del petróleo, del gas y del CO2 y de lo exigente que sea la Comisión Europea con la directiva de emisiones industriales. Pero hay un exceso de capacidad, de generación. Tenemos potencia un 30% por encima de nuestra demanda punta y, con la interrumpibilidad, ese 30% sube al 40%. Tener capacidad disponible y ociosa es caro.

- Y para reducir ese exceso, ¿qué se hace?

-Decidir si queremos hibernar centrales, para no desmantelarlas y luego tener que construir otras nuevas en 10 años, y le decimos al Gobierno: "Usted decida lo que quiere disponible, pero no un 30% o un 40%". Lo lógico es que sea un 10%, que es lo que pide Red Eléctrica [firma operadora del sistema eléctrico español] para sentirse cómoda, con capacidad para atender la demanda prevista. Lo que no queramos tener disponible y no queramos pagar, o para pagar menos, podemos hibernarlo. Y si aún así nos sobra, esas habrá que cerrarlas. Pero no se decide a dedo, no decide el Gobierno: "Pues tú porque me caes bien o tú porque eres carbón". El procedimiento es competitivo.

- ¿Mediante subasta?

-Sí. Vea cuánto le piden las centrales por estar disponibles y cierre las que sean más caras, las que pidan más dinero. En el informe el criterio que se nos pidió era el mínimo coste. Para hacer la transición al mínimo coste las señales de precios deben ser las adecuadas, internalizar los daños ambientales y hacer pujas para decidir cuánta disponibilidad queremos, cuánta hibernamos y el resto se cierra porque no la vamos a pagar. Si no pagas, cierran.

- Pero la ministra sí dice que espera que en 2025 la aportación del carbón sea mínima. ¿Ese objetivo es ambicioso o factible?

-No lo sé. Debe ser que ella es adivina. ¿El carbón producirá más o menos en 2030? ¿De qué depende? De que sea más o menos competitivo que el gas y de más cosas. Para saber si es más competitivo hay que comparar el precio del gas en 2030 con el precio del carbón en 2030, con el CO2 incluido, porque ambas tecnologías tienen que comprar CO2, pero el carbón ha de comprar mucho más porque emite mucho más que el gas. Puede que la ministra tenga una bola de cristal, yo no. Quiero pensar que la ministra está haciendo política porque no puede saber el precio del carbón y del gas en 2030.

- Los acuerdos de la UE serán determinantes para el cierre de las centrales, ¿no?

-La directiva de emisiones industriales obliga a que las plantas que emiten gases contaminantes tengan que hacer inversiones para adaptarse a las mejores tecnologías disponibles. Ahí entra un elemento adicional: el titular de las plantas, que tendrá que decidir si al obligarle la CE a hacer nuevas inversiones las va a rentabilizar. ¿La ministra sabe las nuevas obligaciones de inversiones que va a imponer la CE y lo que van a decidir los titulares de las centrales? No. Es un ejercicio de adivinación. Está haciendo política. En realidad no tiene ni idea de lo que va a ocurrir con esto.

- Pero alguna capacidad de decisión tendrá...

-Están los pagos por capacidad, que sí dependen de ella. Pero mientras no salga la directiva europea no sabremos si se puede discriminar o no en contra del carbón. Cabe la posibilidad de que las centrales de carbón queden excluidas del cobro de pagos por capacidad, lo que hace mucho más difícil la supervivencia del carbón. Si se prohibe, es más probable que el carbón desaparezca en 2030. En algún momento los precios de los combustibles y del CO2 o la directiva de emisiones industriales harán la vida difícil al carbón. Depende de muchas cosas y sobre ellas la ministra tiene poca capacidad de decisión.

- Pero viendo la situación actual, eliminar el carbón con casos como el año pasado (muy seco) con menos eólica e hidráulica, habría menos mecanismos de respaldo para cuando fallen las renovables? ¿No es difícil plantearse el cierre de plantas?

-No, nos sobra capacidad de generación, hay ese exceso del 30%.

- Entonces, si Galicia no tiene generación, se trae de otras comunidades...

-Claro. Red Eléctrica tiene que hacer una subasta para pagar a las instalaciones que quiere que estén disponibles. Al final debe elegir las que tengan menor coste y no tengo claro que fuese a ser el carbón. El competidor del carbón es el gas y tiene a favor que es mucho más flexible, sube y baja producción mucho más rápido.

- Sin embargo, al gas suele achacársele que es más caro y que eso repercute en el recibo del consumidor final?

-El coste es mayor o menor en función de lo que cuestan los combustibles y el CO2. ¿Cómo determina una empresa el precio al que vende la electricidad? Mira lo que le cuesta el gas o el carbón, le suma los peajes, lo convierte en electricidad, le suma los impuestos y de ahí sale el precio. Para producir un megavatio eléctrico se necesitan dos de gas, a grandes rasgos, con lo que se pierde uno en la transformación en la central, mientras que la del carbón tiene menor eficiencia, necesita tres megavatios para producir uno. Eso la pone en una situación más difícil. ¿Cuál va a ser más competitivo? Depende de todos esos factores. Y ambas deben comprar CO2, pero tiene que comprar mucho más el carbón, porque emite más.

- ¿Entonces no habrá tanta diferencia de precio?

-El precio del carbón y el precio del gas están más o menos iguales. Lo que pasará en el futuro no lo sabemos. Si el CO2 sigue subiendo, será más competitivo el gas, si baja, lo será el carbón. En el último año el CO2 se duplicó, hace un año estaba más barato y eso hacía el carbón más competitivo. La eficiencia de cada planta también será crucial.

- ¿Es exagerado o real lo que dijo el exministro de Energía, Álvaro Nadal, de que sin centrales nucleares y térmicas, la factura de la luz subiría un 65%?

-No lo sé. Puedo decir lo que hizo el grupo de expertos, en el que simulamos la desaparición de la nuclear y nos salía una subida del 20% sin los 7.000 megavatios de nuclear que hay ahora mismo, porque son sustituidos básicamente por gas, más caro, y habrá más emisiones.

- ¿Y no se pueden sustituir nucleares por renovables?

-No, por razones de garantía de suministro.

- Para la garantía de suministro está también el lastre de la escasa interconexión eléctrica de España con Europa?

-Exacto. Eso tampoco ayuda. Si tuviésemos mucha más interconexión con Francia, seguramente el operador del sistema sería menos exigente en materia de garantía del suministro porque, si pasa algo, puede tirar de la interconexión. Pero así estás obligado a tener más mecanismos de garantía del suministro en tu propio territorio porque no puedes contar con el país vecino.

- La interconexión española es del 3%; la UE pide el 10%...

-Sí, el 10% en 2020 y el 15% en 2030. Estamos lejos, pero tenemos los Pirineos que nos separan de Francia, una zona sensible medioambientalmente y un país vecino con toda esa zona turística y es difícil decirle que vamos a meter una línea eléctrica espantando a los turistas para llevar electricidad a España. Dirán: "Pues no". Y como son votantes, es lo que ocurre.

- En los cambios que haya sobre térmicas y nucleares, la gran industria teme la pérdida de competitividad por el encarecimiento del recibo. ¿Tiene razón?

-Tiene motivos para estar preocupada. En el informe del grupo de expertos hemos sido especialmente sensibles a ese asunto y propusimos que a todas las empresas industriales que compitan a nivel internacional se les dé un tratamiento específico, que se les exima de todas las implicaciones que tiene la transición energética en términos de precios. Pedimos una fiscalidad más exigente en términos ambientales, pero que a la industria que compite a nivel internacional se la compense o exima del pago de esas tasas.

- También abordan en el informe el sistema de interrumpibilidad, las subastas. ¿Debería modificarse el sistema de pujas o cambiar el modelo directamente?

-Ahora mismo hay una dispersión de instrumentos para conseguir lo mismo. El pago por capacidad y la interrumpibilidad son lo mismo. El pago por capacidad es pagar a una generadora por tener un megavatio disponible y la interrumpibilidad es tener un megavatio de consumo dispuesto a ser interrumpido. Uno es un megavatio a subir y el otro a bajar. Nosotros proponemos que ambos mecanismos converjan. No es sostenible que los instrumentos se gestionen de forma separada y den precios diferentes. Debe haber una única subasta al dar valor a la potencia a subir o a bajar.

- El informe plantea subir los impuestos a los carburantes para luchar contra el cambio climático y bajo el criterio de que el que contamina paga. ¿Es así?

-Sí, el lema es ese: "El que contamina paga". No es una propuesta al Gobierno, es una simulación de lo que ocurriría si se hace de determinada manera para saber quiénes son los ganadores y quiénes los perdedores para compensar a los perdedores. Es bueno saberlo antes de hacer nada. En las simulaciones cambiamos la fiscalidad actual, que no es medioambiental, por una que sí lo es y con ello pierden los productos energéticos que emiten más. ¿Quiénes emiten más? Los productos derivados del petróleo. ¿Quiénes menos? La electricidad. La electricidad baja de precio y los derivados del petróleo suben, algo que parece razonable en el contexto de la descarbonización.

- ¿Confía en que los Gobiernos, actual y futuros, tengan en cuenta su informe y no quede olvidado en un cajón?

-Nunca se sabe. Es un informe que se aprobó con 11 votos a favor y tres abstenciones, no tiene votos en contra. Un informe así hay que leerlo porque ideas va a dar y no se puede decir que sea un informe del Ejecutivo anterior. Si fuese así sería votado solo por los que había elegido el Gobierno. No creo que se acepten el 100% de las propuestas, pero con leerlo y empezar el debate y reflexionar sobre los temas que allí se apuntan ya me conformo.