Tras doce meses de seguimiento en los precios de los carburantes en Galicia, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ultima ya la elaboración de las conclusiones con las que deberá dilucidar por qué los usuarios gallegos pagan el gasóleo y la gasolina más caros de España. Según ha podido saber este diario, el regulador prevé divulgar los resultados e iniciar una investigación antes de que finalice el verano. Con ellos determinará si el sobreprecio en los combustibles, que restan competitividad a la economía, se deben o no a prácticas irregulares entre las operadoras como la existencia de acuerdos para pactar precios.

En el caso de detectar anomalías en el funcionamiento del mercado, el regulador tendría que iniciar la apertura de un expediente sancionador, como el que ya llevó a cabo en 2015 contra cinco operadoras y que se saldó con 32,4 millones en multas. En la puesta en marcha de aquella investigación fue clave el Consello Galego da Competencia (CGC), que dio la voz de alarma por los elevados precios del combustible ya en 2012 y acordó la posterior apertura de un expediente que fue finalmente remitido a la CNMC, que incorporó estas pesquisas del ente gallego a su investigación.

Seis años después, Competencia da el primer paso para resolver el misterio de los carburantes gourmet. Lo hará después de que su presidente, José María Marín Quemada, se comprometiese a hacerlo en una reunión que mantuvo en mayo del año pasado con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El líder del Ejecutivo autonómico había acusado a las operadoras "de acuerdos para vender el gasoleo un 5% más caro". Feijóo descargaba toda la responsabilidad del sobreprecio a unas supuestas prácticas anticompetitivas que, a su juicio, tendrían un impacto mayor sobre el precio final que el Impuesto sobre la Venta Minorista de Determinados Hidrocarburos (Ivmdh), el llamado céntimo sanitario.

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Galicia eleva el tramo autonómico de este tributo hasta el máximo permitido -4,8 céntimos el litro- como lo hacen como Cataluña, Comunidad Valenciana o Andalucía, pero, sin embargo, afronta una factura por carburantes más elevada que todas ellas. Tan solo en Baleares (con una tarificación especial por ser insular) se paga más por unos combustibles que en Galicia cotizan un 3% más caros que la media estatal en el caso del diésel, y un 1,6% en la gasolina. La diferencia se ha llegado a disparar hasta el 5%.