Los trabajadores por cuenta propia se rebelan contra la subida de los impuestos al diésel que planea el Gobierno. La equiparación de la tributación de este carburante al de la gasolina supondría encarecer diez céntimos el litro de diésel. Una medida que recaería de manera especial sobre las espaldas de unos 30.000 trabajadores autónomos gallegos que necesitan transportarse mediante sus vehículos para ejercer su actividad y que ya meditan emprender acciones para revertir la decisión. De lo contrario, advierten, está en riesgo su puesto de trabajo.

El secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), se declara "muy preocupado" con esta medida. "No tiene sentido que un autónomo tenga que pagar lo mismo que una persona que se va de vacaciones", critica, al tiempo que emplaza al Gobierno a mantener una conversación con los representantes de los autónomos para alertar del impacto de la medida.

Agentes comerciales, trabajadores de la construcción o fisioterapeutas que se desplazan hasta los domicilios de sus pacientes verán encarecida su factura por los carburantes, pero serán los transportistas los que se lleven la peor parte. De los 30.000 autónomos afectados por el tarifazo al diésel -que vería elevado su impuesto sobre hidrocarburos de 37,9 a 47,9 céntimos el litro en Galicia-, unos 10.000 se corresponden solo a este sector. "Con esta medida, el combustible se encarecerá en tres céntimos por cada kilómetro para los transportistas", explica el presidente de la asociación de transportistas Asetranspo, Ramón Alonso. "Igual tenemos que parar un mes entero para que los que toman decisiones tomen un poco de conciencia de la importancia que tiene en la economía el sector del transporte", avanza el representante.

Exenciones

Las reivindicaciones ya están sobre la mesa de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM). La organización lamenta que este sea "uno de los sectores que más carga fiscal soporta" y califica esta situación como "una imprudencia que la economía española no puede permitirse". El colectivo lamenta que no tenga el mismo trato que los profesionales del sector agrícola o marítimo, que quedan eximidos de toda subida fiscal a los carburantes.

Del mismo modo que este sector sería el más perjudicado por una subida de los tributos al diésel -engordaría la cuantía de su principal partida de gasto-, Galicia se perfila como una de las comunidades más afectadas. Según los cálculos del portal Kelisto.es los conductores gallegos tendrán que desembolsar 748,6 euros más cada año en rellenar el tanque de combustible si se equiparan los impuestos del diésel a los de la gasolina. Este mayor gasto elevará en 77,4 millones de euros la factura energética de la comunidad.

La condición de Galicia como uno de los bastiones del diésel en el conjunto del Estado se encuentra detrás de esta situación. Del casi millón y medio de turismos que circulan en Galicia, cerca de un millón (un 67% del total) utilizan el gasóleo. El porcentaje supera en casi diez puntos a la media estatal, pero donde más difundido se encuentra el diésel en la comunidad es entre las furgonetas y los camiones, los vehículos que utilizan los transportistas. Según los registros de la Dirección General de Tráfico (DGT), correspondientes al año 2016, de los 250.000 vehículos de este tipo que se localizan en Galicia, el 93% utilizan el diésel como combustible.