El Banco Santander admite que la compra del Banco Popular podría no proporcionar "los resultados y beneficios esperados" y "podría exponer al grupo a riesgos no previstos", según consta en el folleto de actividad continuada remitido por la entidad financiera a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El grupo reconoce que tomó la decisión de lanzar una oferta por el Popular estimando las sinergias y beneficios que podría tener para el grupo la integración, y ello, teniendo en cuenta la información pública que estaba disponible, y "aquella otra a la que de modo limitado" y "por un periodo de tiempo reducido tuvo acceso".

"Es posible que Santander haya sobrevalorado dichas sinergias o que estas no lleguen a materializarse", lo que podría suponer "un efecto significativo adverso para el grupo", reconoce el banco que preside Patricia Botín, porque el análisis y evaluación de riesgos llevado a cabo antes de la compra del Popular se basó en la información pública de esta entidad, que el propio Santander "no verificó de forma independiente la exactitud, veracidad e integridad de dicha información", señala el documento remitido al regulador de la Bolsa. "No puede descartarse que la información facilitada por el Banco Popular al mercado o al banco contuviera errores u omisiones", advierte.