Un total de 8.481 contribuyentes declararon rendimientos del trabajo superiores a los 600.000 euros anuales en 2016, el 0,04% del total de declarantes y un 17% más que en el ejercicio anterior, según la última estadística de declarantes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) correspondiente a 2016.

Pese a ser una cifra muy baja, los contribuyentes que declararon en 2016 rentas superiores a este importe cayeron un 19,8% respecto a 2007, en el inicio de la crisis, cuando los asalariados con altos rendimientos, de más de 600.000 euros al año, eran 10.580 personas. Además, la tributación de estos contribuyentes se redujo en estos años, al pasar de los 190.451 euros de media que pagaban al Fisco en IRPF antes de la crisis a los 175.499 euros que abonaron en 2016, lo que supone una bajada del 7,8%. Respecto al ejercicio 2015, cuando pagaron de media 180.590 euros, cayó su aportación un 2,8%.

La mayor parte de los contribuyentes (4,75 millones, el 24,2% del total) declaró unos rendimientos de entre 12.000 y 21.000 euros, mientras que 1,54 millones de liquidaciones de IRPF (el 7,8% del total) se situaron en el tramo más bajo, entre 0 y 1.500 euros para todo el año.