Sargadelos, la histórica firma gallega de cerámica, está en plena "expansión", según asegura su presidente y consejero delegado, Segismundo García, y prevé cumplir el convenio de acreedores en el que está inmersa y abandonar la situación postconcursal en 2024, la fecha prevista. Una buena muestra de la mejoría de la empresa y de la evolución de su actividad son las inversiones realizadas en los últimos meses, que en el caso de la fábrica coruñesa (Cerámicas O Castro, en Sada, con unos 70 trabajadores) se traducen en más de 400.000 euros en lo que va de año. En febrero la compañía instaló una nueva máquina para aplicar el esmalte a las piezas de cerámica, que costó unos 120.000 euros, y el pasado miércoles recibió un nuevo horno que rondó los 300.000 euros. El objetivo final, según García, es "mejorar los sistemas de producción sin perder la autenticidad del trabajo artesanal y artístico".

Este horno supone una importante mejora para la empresa pues, a diferencia de los que tenía hasta ahora, es discontinuo, se puede apagar. Los otros deben estar operativos continuamente, lo que suponía un mayor gasto y, para minimizarlo, los horneros de la fábrica tenían tres turnos de trabajo para que la producción fuese constante las 24 horas del día. Este equipamiento, aclara García, permitirá "un mejor acabado en los productos". "Al ser discontinuo no tiene por qué estar 24 horas operativo, ni ser controlado por el personal. Es digital, puede ser activado por móvil e incluso por la empresa fabricante desde Portugal", resume la responsable de Producción e I+D de Sargadelos, María José Fernández López.

Este equipo -que no estará operativo hasta después del verano- también ofrece una mayor versatilidad al permitir cocer piezas de mayores dimensiones y a distintas temperaturas. "Hasta ahora podíamos hacer figuras de 40 o 42 centímetros de altura como mucho y ahora podremos elaborarlas de mayores tamaños", detalla Fernández López. "Ya nadie trabaja con hornos en continuo. Hay que avanzar, modernizarse, invertir, mejorar la producción y la calidad con un catálogo más amplio de productos", añade la responsable de I+D de la firma gallega de artesanía.

La otra gran inversión de Sargadelos en la fábrica de Cerámicas O Castro -la empresa tiene otra planta, Cerámicas de Sargadelos, en el concello lucense de Cervo- es la adquisición de una máquina para aplicar el barniz o esmalte a las piezas de cerámica. "Hasta ahora se aplicaba manualmente y de una en una y ahora podemos hacerlo de forma mecánica y de cuatro en cuatro. Con esto logramos que aumente la calidad al salir homogéneos los productos en esta fase del proceso", explica Fernández López, que remarca que la decoración de las figuras sigue siendo "totalmente manual, artesanal". "Se mejoran dos fases de la cadena pero seguimos siendo artesanales. Cada pieza pasa por más de cinco operarios antes de estar finalizada", destaca la responsable de Producción de esta histórica empresa gallega.

Sargadelos realizó estas inversiones, según su presidente, con recursos propios, sin ayudas de la Administración pese a haberlas solicitado. Y Cerámicas O Castro copó la mayoría de las mejoras porque, afirma García, "está realizando un gran trabajo". "Debo felicitar a los empleados y encargados de la planta porque su eficiencia y productividad es envidiable. Crece más [que Cerámicas de Sargadelos] y desde 2014 se invirtieron más de 500.000 euros en ella", indica el consejero delegado de Sargadelos, que asocia esa evolución al "buen trabajo" de Fernández López y de la jefa de Cerámicas O Castro, Sara Pérez.