De todos los infortunios que han alterado y manchado el nombre de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) en los últimos años, es la primera vez que ni siquiera los estatutos marcan el camino a seguir para solventar un nuevo enredo. Tres presidentes en cuatro años, una condena millonaria por uso irregular de fondos públicos, expulsión del secretario general (indemnización mediante), despidos... Los estatutos siempre daban una respuesta, un respaldo. Hasta ayer, cuando la patronal gallega cerró el plazo para la presentación de candidaturas a la presidencia sin que se hubiese inscrito un solo voluntario. De acuerdo a las normas que rigen el funcionamiento de la principal organización empresarial de Galicia, "en caso de vacante, ausencia o enfermedad del presidente le sustituirá la junta de vicepresidentes", al frente de la cual está el coruñés Antonio Fontenla. Pero en este caso no hay patrón mayor; nadie ha querido serlo. Tendrán que ser los servicios jurídicos de la CEG los que, el lunes, den una respuesta.

Las opciones son varias, pero ninguna -a juicio de los vocales consultados- serviría para abolir el reino de taifas en la confederación. Entre las posibilidades está la continuidad de esa junta de vicepresidentes, compuesta por los líderes de las provinciales (Antonio Fontenla, de A Coruña, Jorge Cebreiros, de Pontevedra; Jaime López, de Lugo y José Manuel Pérez Canal, de Ourense).

Serían así los mismos cuatro líderes que no han podido encontrar, como pretendían, un candidato de consenso, los que asuman temas de calado como la negociación para el pago a plazos de la condena millonaria del Pexga.

Dado que el lunes está convocada la junta directiva -de inicio, para la proclamación de los candidatos-, este organismo también podría proponer una solución alternativa y someterla a la asamblea. Porque, aunque no haya candidato, a día de hoy los vocales están convocados para una junta general el viernes día 20. En la junta directiva la presión la imprimirán las patronales sectoriales, tanto hacia Fontenla como a los demás presidentes provinciales. "Para mí esto es un problema de personas. Deberían dar un paso atrás todos y que cada provincia designe a alguien nuevo como representante suyo en la confederación", apunta un vocal. Esta vía requeriría también un cambio de estatutos. "La junta de vicepresidentes estará formada por los respectivos presidentes de las confederaciones provinciales", reza el artículo 28. La asamblea podría incluso convocar una junta de urgencia con 48 horas de antelación y liquidar la CEG.

La solución propuesta por Antonio Dieter Moure, expresidente de la patronal y una de las víctimas del cisma interno -aguantó solo nueve meses en el cargo- es dar entrada a un grupo de empresarios nuevos en el órgano que ahora mismo gobierna la CEG, calmar los ánimos y "quizás en seis meses se anime alguien".