El Banco Santander certificó que no era posible afrontar la compra del Banco Popular en una operación concertada entre ambas entidades y optó por esperar a su liquidación, aunque sostiene que este extremo "no era deseable ni deseado". "El deterioro del banco [Popular] y las dudas sobre el éxito de una operación privada nos llevaron a considerar la posibilidad de una solución distinta. Si la operación privada no es posible, a lo mejor es posible una solución distinta en el marco de la resolución de bancos", argumentó el vicepresidente del Santander y actual presidente del Popular, Rodrigo Echenique, en su comparecencia en la comisión del Congreso de los Diputados que investiga la resolución y venta por un euro de la entidad propietaria del gallego Banco Pastor.

Echenique sostuvo, sin embargo, que ese no era el "objetivo" del Santander. "Nosotros teníamos otro objetivo. Es una solución pésima. Es dramático que un banco con 140.000 millones en activos se encuentre en proceso de resolución en Europa", aseveró el directivo del banco que lidera Ana Patricia Botín en la Cámara baja.

Esta opción, añadió el ejecutivo de la entidad financiera, podía tener "consecuencias devastadoras en España", teniendo en cuenta además que no existían precedentes de un proceso similar. En todo caso, dijo que estaba "amparado" por la normativa europea y española, "ajustado a la ley" y "lógico en términos económicos".

La posibilidad de comprar el Popular se produjo apenas un mes antes, detalló Echenique, cuando el Santander fue invitado, junto a otros competidores, a un proceso privado de adquisición que la entidad entonces presidida por Emilio Saracho "esperaba cerrar con mucha rapidez".

El Santander recibió el 5 de mayo esta invitación y el 18 de mayo comunicaron por escrito "categóricamente" que no podían presentar una oferta en el marco de este tipo de operación. "Hasta esa fecha, no hicimos ninguna oferta", aseguró Echenique, a pesar de las "ventajas estratégicas evidentes" de una potencial adquisición.

El directivo de la mayor entidad financiera de España también reveló en el Congreso que el Santander reclamará a Hacienda este año unos 1.000 millones de euros en activos fiscales al tiempo que reconoció que el banco sí tuvo en cuenta el peso de los activos fiscales diferidos con los que contaba el Popular. "Pues sí, se ha tenido en cuenta", respondió a preguntas del portavoz de Ciudadanos en la comisión, Francisco de la Torre, que se interesó por los planes del grupo consolidado al respecto.

En este sentido, preguntado sobre si solicitará la conversión de estos activos en una devolución tributaria o los compensará en sus bases imponibles, con créditos fiscales positivos dentro del grupo Santander, respondió: "¿Si se va a pedir la compensación a las autoridades o el pago? Tenemos previsto pedir 1.000 millones, y la autoridad tributaria verá si es pago o compensación", sentenció Echenique.

El presidente de Banco Popular y de Santander España también apuntó ante los diputados que el próximo año el grupo realizará un reajuste de oficinas y plantilla pues revisa de manera continuada su modelo de funcionamiento y de oficinas en el marco de oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y la digitalización. "En Madrid se encontrarán que en una esquina hay cuatro oficinas fruto de la adquisición que hicimos de otros bancos que fuimos comprando, de modo que tendremos que hacer una reordenación", señaló el banquero.

Sin embargo, el directivo indicó que el Santander siempre pactó con los sindicatos las condiciones de este tipo de reajustes y que confía en seguir haciéndolo. "En la reordenación de oficinas y plantilla nos hemos puesto de acuerdo siempre con los sindicatos, no hemos hecho nunca nada sin llegar a un acuerdo", sostuvo. Y recordó que el último Expediente de Regulación de Empleo (ERE) aplicado por el Santander afectó a 2.100 trabajadores, de los que 1.080 se acogieron a bajas voluntarias y solo hubo 20 forzosas.

"Santander esto lo sabe hacer y lo ha hecho siempre bien, y los ERE los ha hecho siempre a su costa, las contribuciones a la Seguridad Social las paga el banco", sentenció Echenique, que adelantó que los reajustes necesarios se harán "en función de cómo se vaya viendo el mercado". "Esto lo acometeremos, seguramente, dentro de un año", concluyó el ejecutivo.