El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, instó ayer al Gobierno a que "atempere" la alarma social generada sobre la desaparición del diésel. Álvarez, que se reunió con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, apostó por una "transición en tiempo y en justicia" para aplicar esta medida. "A una persona que compró un diésel hace tres meses, con unos grados de contaminación bastante equiparables a los de la gasolina, ahora no se le puede decir otra cosa", defendió el líder de UGT.

Álvarez también abogó por suprimir "de manera inmediata" el conocido como impuesto al sol, pues "solo beneficia a las eléctricas", y por impulsar las energías renovables, especialmente la eólica y la solar.