CaixaBank alcanzó un beneficio de 1.298 millones de euros en el primer semestre del año, un 54,6% más que en el mismo período de 2017, gracias a la mejora de los ingresos básicos del negocio bancario, la contención de costes, la reducción de las dotaciones y la mayor aportación del portugués BPI.

La entidad aumentó hasta junio todos sus márgenes, impulsó su rentabilidad hasta el 10,4% y logró reducir nuevamente su tasa de morosidad, situándola en el 5,3%, cinco décimas menos que en el trimestre anterior, según ha informado CaixaBank a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El margen de intereses del grupo creció en el periodo un 3,5%, hasta los 2.432 millones, mientras que las comisiones netas se situaron en 1.293 millones, un 3,3% más, y los ingresos por contratos de seguro o reaseguro aumentaron un 21%, hasta los 282 millones.

Por su parte, el margen bruto subió un 8,7%, hasta los 4.654 millones, y el de explotación se situó en 2.342 millones, con un incremento interanual del 19,6%.

La contribución a resultados del negocio de BPI en Portugal ascendió a 76 millones de euros, aunque si se tiene en cuenta la aportación de las participadas, la contribución total del banco portugués aumentó a 252 millones.

Por su parte, el negocio de las participadas de CaixaBank aportó un resultado de 415 millones, lo que incluye los ingresos por dividendos, básicamente Telefónica, con 104 millones, y los resultados de las entidades valoradas por el método de la participación, que incorporaron 118 millones de resultado neto atribuido del BFA (Banco de Fomento de Angola).

En el mismo período del año anterior, recuerda CaixaBank, se registró un resultado atribuido negativo de 97 millones derivado de la venta por parte de BPI del 2% de la participación en BFA.

En cambio, la recompra del 51% de Servihabitat tuvo un impacto negativo de 204 millones en los resultados del grupo.

Las ganancias/pérdidas por activos y pasivos financieros y otros se incrementaron hasta los 293 millones, debido, principalmente, a la materialización de plusvalías latentes de activos financieros disponibles para la venta y a la revalorización al precio de venta de la participación de BPI en la cervecera portuguesa Viacer.

Hasta finales de junio, el crédito bruto a la clientela de CaixaBank creció un 0,8% interanual y se situó en 225.744 millones, impulsado por el crecimiento del crédito al consumo y la nueva producción de hipotecas.

Los recursos de clientes alcanzaron los 366.163 millones, un 4,8% más, y los activos bajo gestión aumentaron hasta los 98.316 millones.

En el último año, la ratio de morosidad del grupo se redujo del 6,5 al 5,3% y los saldos dudosos descendieron de los 15.492 millones hasta los 12.714, gracias en parte a la venta de carteras.

Las pérdidas por deterioro de activos financieros y otras provisiones disminuyeron un 57% respecto al mismo período de 2017, hasta los 531 millones.

Este epígrafe recoge, por un lado, las pérdidas por deterioro de activos financieros, que bajaron un 47,5%, hasta los 248 millones, y por otro las otras dotaciones a provisiones, que cayeron casi un 63%, hasta los 283 millones.

CaixaBank señala, en este sentido, que en el segundo trimestre, derivado de la operación de recompra de Servihabitat, se registró una provisión de 152 millones correspondiente a la diferencia entre el precio de recompra a TPG del 51% y el valor razonable estimado para esta participación.

Los activos líquidos totales de CaixaBank se situaron en 79.892 millones, con un crecimiento de más de 7.000 millones en el semestre, y la ratio Common Equity Tier 1 (CET1) fully loaded alcanzó el 11,4% a cierre de junio.