El magnate mexicano Carlos Slim aseguró ayer que se quedará para siempre en el capital de FCC, grupo constructor español en el que desembarcó y rescató en 2014, y que está ya preparado para volver a crecer y pagar dividendo tras el proceso de ajuste y saneamiento. "Me quedaré un buen tiempo, cuanto menos toda mi vida, en FCC. La participación es permanente", aseguró el empresario en su primera intervención sobre la compañía también participada y en su día controlada por Esther Koplowitz.

Slim presidió el primer Investor Day de FCC para dar por terminada la fase de ajuste que el grupo ha implementado desde 2015 y proclamar el inicio de una nueva etapa de crecimiento y expansión. "FCC tiene una posición financiera sana y está en condiciones de abordar su desarrollo", proclamó el magnate en su intervención, en la que estuvo flanqueado por Koplowitz y su hija y presidenta de FCC Esther Alcocer Koplowitz.

En la estrategia de FCC para esta nueva etapa de expansión sobresale la apuesta por la construcción de viviendas, tanto a través del grupo como de la filial inmobiliaria Realia, aprovechando el boom del sector en el país y la cartera de suelos con que cuentan las dos empresas. También reactivará los negocios de construcción de infraestructuras en concesión y de energías renovables, actividades que estos años tuvo en hibernación. Se trata de diez concesiones y una decena de parques eólicos y fotovoltaicos. A ello se sumará el crecimiento en el exterior de sus negocios de construcción, servicios medioambientales e infraestructuras y gestión de agua, en este caso de la mano de IFM, el fondo australiano al que ha vendido el 49% de Aqualia. Esta operación permitirá a FCC llevar a cabo la recuperación del reparto de dividendo que tiene suspendido desde 2013.